MiraMon trabaja en la evaluación del riesgo de incendio en Andorra
El equipo de MiraMon del CREAF trabaja con el Centro de Estudios de la Nieve y de la Montaña de Andorra (CENMA) en la elaboración y el mantenimiento de un mapa que permite evaluar el riesgo de incendio en el territorio andorrano.
Hasta el 2007, Andorra no podía conocer con exactitud cuál era el riesgo de incendio forestal de su territorio, ya que "aún no disponía de ningún sistema de estimación diario del riesgo de incendio a escala detallada", según explica Marta Domènech, Responsable de la unidad de Medio Biótico del CENMA. Por este motivo el Gobierno andorrano encargó la elaboración de un mapa de riesgo de incendio especifico para el principado.
El riesgo de incendio ha crecido en los últimos años en Andorra
Como ocurre en otras zonas de Europa, la superficie forestal de Andorra cada vez es más extensa y nos encontramos con bosques mucho más densos. El aumento de las temperaturas y los periodos largos de sequía también se han hecho presentes en los entornos de montaña andorranos y, en consecuencia, el riesgo de incendio es cada vez más elevado. A modo de ejemplo, durante este mes de julio se han registrado temperaturas máximas de 36ºC que dispararon el riesgo de incendio en todo el principado.
¿Con qué datos se construye el mapa?
El sistema de evaluación del riesgo de incendio forestal de Andorra (SARIF) se basa en información meteorológica, orográfica y de vegetación. El CENMA tiene cinco estaciones meteorológicas distribuidas por todo el principado que recogen los datos de cuatro parámetros: la temperatura del aire, la humedad relativa, el viento (intensidad y dirección) y la precipitación (lluvia y nieve). Además, el centro ha diseñado y creado un mapa cartográfico de los diferentes tipos de combustible forestales de Andorra, que junto con el de inflamabilidad del territorio son pilares muy importantes en la evaluación del riesgo. Todo ello, meteorología y combustible, permiten evaluar de forma global los factores de riesgo de incendio forestal.
El terreno del principado es muy pronunciado y la meteorología varía mucho de una vertiente a otra, "por eso tenemos las estaciones distribuidas en diferentes lugares estratégicos para obtener el máximo de información", explica Laura Trapero, Física e investigadora del CENMA. Sin embargo, el principal problema con que se encuentran los investigadores a la hora de trabajar con estos modelos de incendios es el viento, ya que "se hace muy complicado predecir hacia qué dirección se dirigirá y con qué intensidad debido a los efectos locales", añade Trapero.
Los datos meteorológicos se envían al CREAF
Toda la información que recogen las estaciones meteorológicas se envían automáticamente a una centralita informática, ubicada en el CREAF y diseñada íntegramente por el equipo de MiraMon, que se encarga de mantener el sistema y detectar posibles errores informáticos. "Los datos se envían automáticamente cada día y a la misma hora, concretamente a las 12 del mediodía, ya que hemos visto que es cuando el sistema funciona de manera más eficiente", explica la técnica de MiraMon Núria Julià, desde el CREAF.
Una vez recibidos los datos, el sistema informático las procesa y las traduce en un formato estándar para facilitar todos los cálculos posteriores, ya que las estaciones meteorológicas recogen los datos en unidades diferentes o en franjas horarias diferentes. "En la pluviometría, por ejemplo, hay que aplicar diferentes cálculos porque necesitamos los datos del agua o nieve acumulada en las últimas 24 horas para que cada estación hace las medidas en diferentes franjas del día", explica Núria Julià.
A partir de estos datos estandarizados, el sistema informático calcula el Índice Meteorológico de Incendio Forestal (FWI, por sus siglas en inglés: Fire Weather Index). El FWI otorga un valor numérico que va de 0 a 150 para cada estación meteorológica: cuanto más alto es el valor, más elevado es el riesgo de incendio. "Un valor de FWI de 31 ya se considera un riesgo muy elevado", explica Núria Julià. El mapa se actualiza diariamente en la web del Instituto de Estudios Andorranos (IEA) con los valores de FWI agrupados en rangos asociados a una escala de colores para facilitar su interpretación.
¿Cuáles son las situaciones de mayor riesgo de incendio?
Cuando las temperaturas son muy elevadas y la humedad relativa disminuye drásticamente es cuando la vegetación es más inflamable. "Es lo que ocurrió a principios de julio cuando empezaron a aparecer las olas calor debido a la llegada de masas de aire seco y cálido provenientes del Sur", explica Laura Trapero desde el CENMA. Esta situación de sequía acumulada también pasa en invierno por el efecto Föhn, que es "un fenómeno muy común en las zonas de alta montaña: el aire choca con la orografía, asciende y descarga toda la humedad en forma de lluvia o nieve en la vertiente de barlovento. Cuando esta masa de aire desciende por la otra vertiente convierte seca y más cálida ", explica Trapero.
Mejoras tecnológicas de cara al futuro
El mapa está a disposición de protección civil y los bomberos, los cuales estan obligados a consultarlo diaria y constantemente para hacer un seguimiento del riesgo global. Marta Domènech assegura que desd el inicio del proyecto "el sistema de vigilancia y medidas de prevención ha alcanzado notables mejoras".
Mejorar y perfilar estos sistemas de información geográfica y meteorológica es un reto diario ya que cada vez se innova más en este sector. El FWI es un índice canadiense y hay que adaptarlo al Pirineo. Actualmente el CENMA está trabajando para llevar a cabo un proyecto de investigación dirigido a mejorar y adaptar el cálculo del FWI. Otro de los objetivos principales es disponer de más información meteorológica, "empezaremos para ampliar el número de estaciones meteorológicas que se incluyen los cálculos, tanto en el principado como su periferia para obtener más datos e información más fiable", comenta Trapero, que ante el éxito de este mapa no descartan futuros trabajos con el equipo de MiraMon.