11/10/2018 News

Gestionar los bosques europeos no va a frenar el calentamiento global

Responsable de comunicación

Anna Ramon Revilla

Soy licenciada en Biología (2005 UAB) y Máster en Comunicación Científica y Ambiental (2007 UPF) . Desde 2011 soy la Responsable de Comunicación del CREAF.
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Aude Valade, investigadora del CREAF y el equipo internacional del estudio publicado en Nature recomiendan hacer una gestión forestal orientada a mantener los servicios ambientales que nos aportan a nivel ecológico, social y cultural, y no a enfriar el planeta, como se preveía hacer para cumplir con el Acuerdo de París.

La llum del sol entra en un bosc de coníferes
La luz del sol entra en un bosque de coníferas

El Acuerdo de París incluye el compromiso de gestionar los bosques de forma sostenible como una estrategia para ralentizar el calentamiento global. Podemos gestionar un bosque para que sea más activo, crezca más y necesite más CO2 de la atmósfera para realizar la fotosíntesis. Según lo que se creía hasta ahora, si los bosques absorben más CO2, los niveles de este gas en la atmósfera disminuirán o, como mínimo, se mantendrán. Sin embargo, un nuevo estudio publicado hoy en Nature ha descubierto que gestionar los bosques europeos con este objetivo no tiene efectos claros sobre el clima. El equipo de investigación internacional en el que ha participado Aude Valade, investigadora del CREAF con una beca Marie Skłodowska-Curie, ha mejorado un modelo muy complejo para calcular la cantidad de carbono, energía y agua que es atrapada o liberada según el tipo de gestión forestal que se hace.

Mediante este modelo se han comparado tres estrategias de gestión forestal que representan las distintas visiones de gestión forestal que se llevan a cabo para mitigar el cambio climático en Europa.

Ninguna opción permite alcanzar las tres metas a la vez que se han planteado para frenar el cambio climático: maximizar el secuestro de carbono, aumentar la luz solar que los bosques reflejan hacia el espacio y reducir la temperatura cercana a la superficie.

¿Más frío o más madera? El dilema en Europa

Una gestión orientada a captar el máximo carbono de la atmósfera requeriría convertir bosques caducifolios en bosques de coníferas y aumentar la proporción de bosques sin gestión. Con este modelo computacional, el equipo ha calculado que con esta opción conseguiríamos retirar 7 Pg de carbono de la atmósfera hacia el año 2100, más del doble que si gestionamos tal y como está ahora. Si nos centramos sólo en estos términos es obvio que retirar esa cantidad de carbono de la atmósfera podría "refrescar" el ambiente. Sin embargo, Aude Valade explica que "si cambiamos los caducifolios por coníferas podemos mejorar la capacidad de secuestrar CO2, pero esto también puede hacer cambiar el microclima del bosque, modificar la velocidad del viento, la humedad ambiental, la formación de nubes y el albedo, es decir, el porcentaje de radiación que es capaz de absorber un bosque según el color de su superficie". Así pues, la gestión forestal traería consecuencias paralelas más allá del secuestro de carbono que "calentarían" el ambiente y que dejarían el contador prácticamente a cero, ni más frío ni más caliente. Además, tendríamos un 12% menos de producción de madera, según el modelo.

Un bosc caducifoli Autor: Lluís Comas
Un bosc caducifoli Autor: Lluís Comas

Por otra parte, una gestión orientada a enfriar la superficie de la tierra, que requeriría convertir bosques de coníferas en bosques de caducifolios y aumentar la proporción de bosques gestionados como monte bajo, daría un pequeño enfriamiento de 0,3ºC en primavera en Escandinavia y en los Alpes pero el efecto no sería lo suficientemente fuerte como para notarse a nivel global. Asimismo, sería una opción que reduciría el 25% la madera disponible.

En el caso que se decidiera hacer una gestión forestal para aumentar el albedo habría que convertir los bosques de coníferas en bosques caducifolios y reducir la proporción de bosques gestionados como bosque alto. Esto ayudaría a reflejar más radiación solar, pero no habría ningún efecto porque cambiarían la formación de nubes, la humedad del atmosfera y la circulación del viento  y quedaría aún más calor a la superficie. Además, el COsecuestrado seria el mismo que el que se secuestra con una gestión como la actual y habría un 30% menos de producción de madera.

Los resultados demuestran que la gestión sostenible de los bosques aporta unos beneficios sobre el clima, pero éstos son modestos y locales. Por lo tanto, los autores sugieren que la gestión forestal en Europa en las próximas décadas no debe priorizar los efectos sobre el clima, sino centrarse en adaptar los bosques al cambio climático para que sean capaces de seguirnos proveyendo de los servicios y bienes que nos aportan a nivel ecológico, social y cultural.

Artículo: Luyssaert, S., Marie, G., Valade, A., Chen, Y.-Y., Njakou Djomo, S., Ryder, J., Juliane, O., Naudts, K., Lansø, A.S., Ghattas, J., & McGrath, M.J. (2018). Tradeoffs in using European forests to meet climate objectives. Nature, http://dx.doi.org/10.1038/s41586-018-0577-1 -- 

 

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