20/12/2022 Noticia

30x30: El pacto mundial de la biodiversidad que ha nacido en la COP15 quiere restaurar el 30% de la naturaleza para el 2030

Responsable de comunicación social

Verónica Couto Antelo

Técnica de Comunicación del CREAF desde 2016. Apasionada del mundo natural y su divulgación. Bióloga (UB), máster en comunicación científica (BSM-UPF) y estudiante Humanidades (UOC).
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Después de dos semanas de negociaciones, hoy se publican los compromisos pactados durante la COP15 en un acuerdo mundial para proteger la biodiversidad del planeta que toma el nombre de “Marco Mundial por la biodiversidad Kunmin-Montreal". El documento hace referencia en la ciudad canadiense que ha acogido la cumbre y la ciudad china que lo ha presidido, y se materializa en un paquete de 23 medidas pensadas para reducir la pérdida de biodiversidad y restaurar los ecosistemas naturales antes de 2030. De entre los compromisos recogidos destacan tres: restaurar el 30% de la naturaleza, reducir en la mitad el derroche alimentario y disminuir en un mínimo de 500.000 millones de dólares las subvenciones que son perjudiciales por la biodiversidad.  

¿Qué conclusiones podemos extraer de este marco mundial? La coordinadora científica del CREAF, Alícia Pérez-Porro, es optimista.

"Estamos ante un acuerdo histórico, porque marca un compromiso para detener y revertir la pérdida de biodiversidad en menos de 10 años y aporta una financiación por la protección de la naturaleza sin precedentes".

ALICIA PÉREZ-PORRO, coordinadora científica del CREAF.

Pérez-Porro explica que "además, insta a proteger un 30% de la tierra a la vez que restaura el 30% degradado. Hay mucho trabajo por delante, incluso para la comunidad científica”, concluye.

Este acuerdo mundial insta a proteger un 30% de la tierra a la vez que restaura el 30% degradado.

Por otro lado, uno de los valores diferenciadores de este acuerdo mundial es que refleja el vínculo que hay entre nuestras acciones y el estado de salud de la naturaleza. Así mismo lo remarca nuestro investigador y del CSIC Lluís Brotons: “Este no es el Acuerdo de Paris de la Biodiversidad, pero claramente es un paso positivo en la buena dirección. Sin la conservación de la biodiversidad y también de los procesos naturales que la sustentan, el futuro del mismo ser humano está amenazado. El nuevo marco global de la biodiversidad reconoce este hecho de manera explícita e identifica los objetivos para revertirlo”. Precisamente las políticas ambientales de Cataluña van en esa línea, recuperar los procesos que seguiría la naturaleza y restaurar los ecosistemas que están dañados por el cambio climático y la acción humana. La decisión radica en que las áreas protegidas del país ya logran a día de hoy el 30% que establece el acuerdo y, por lo tanto, es prioritaria la restauración.

Cuatro metas para recuperar la naturaleza y gestionarla de manera sostenible y justa 

El paquete de 23 medidas que se han aprobado en el Marco Mundial queda englobado en cuatro grandes objetivos o metas que conciernen a todo el mundo, de la A a la D. En este caso, el año de horizonte pasa a ser el 2050.  

A. Más protección y restauración de la biodiversidad. De cara al 2050 hay que mantener la integridad, la conectividad y la resiliencia de todos los ecosistemas que están en buen estado y mejorar o restaurar los que no lo están tanto. Al mismo tiempo, es necesario aumentar la propia área de ecosistemas naturales y parar la extinción de especies amenazadas que causa el ser humano. Se fija una reducción por diez de la tasa de extinción y del riesgo de todas las especies.   

B. Gestión sostenible de la naturaleza. Durante los próximos años se debe dibujar un futuro donde la biodiversidad se utilice y se gestione de manera sostenible, incluidas las funciones y los servicios de los ecosistemas donde se aloja esta biodiversidad. El objetivo es valorar estas funciones, mantenerlas y restaurar las que actualmente están en declive.  

C. Los beneficios (monetarios y no monetarios) que da la naturaleza se tienen que compartir de manera justa y equitativa, incluyendo cuando procede a los pueblos indígenas y locales. Como ejemplo de estos beneficios encontramos la utilización de los recursos genéticos y la información de las secuencias de estos recursos genéticos, tanto digitales como de conocimientos tradicionales. Además, estos beneficios se tienen que aumentar sustancialmente de cara en 2050 siguiendo los instrumentos de acceso y de reparto acordados internacionalmente. 

D. Un marco posible para todo el mundo. La implementación íntegra de todos los acuerdos del marco mundial de biodiversidad Kunmin-Montreal –que incluye recursos financieros, capacitación, cooperación científica y acceso a varias tecnologías, entre otras necesidades– tiene que estar garantizada y ser accesible de manera equitativa para todas las partes implicadas, especialmente para los países con economías en transición. Para el 2050 hay que cerrar la brecha de financiación de 700.000 millones de dólares anuales y alinear los flujos financieros entre las partes firmantes. 

Ilustración que representa las principales conclusiones de una investigación sobre los cambios en la biodiversidad en diferentes escenarios. Imagen Adam Islaam. Datos: https://doi.org/10.1038/s41586-020-2705-y.

Diez compromisos básicos  

De entre los veintitrés compromisos que se deben cumplir antes del 2030, hemos recogido estos diez de especial interés. 

En cuanto a las figuras de protección:  

  1. La conservación y gestión de la biodiversidad tienen que ser más efectivas para proteger como mínimo el 30% del sistema terrestre, las aguas continentales, las costas y océanos de todo el planeta, con especial énfasis en las áreas de especial importancia por su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que nos proporcionan. 

  1. Tenemos que haber restaurado (o estar en vías de hacerlo) un 30% de los ecosistemas degradados.  

  1. Reducción cerca del cero de la pérdida de las áreas con una elevada biodiversidad

En cuanto a nuestro sistema de consumo y estilo de vida:  

  1. Recortar el derroche alimentario a la mitad y reducir significativamente el sobreconsumo y la generación de residuos.  

  1. Prevenir la introducción de las especies exóticas con más riesgo de convertirse en invasoras y reducir al menos a la mitad la introducción y el establecimiento de otras especies exóticas invasoras conocidas o potenciales. Más énfasis en la erradicación y control de las especies exóticas invasoras en las islas.  

  1. Reducir a la mitad tanto el exceso de nutrientes de nuestros ecosistemas (que en muchos casos llegan por la contaminación próxima a zonas urbanas y los desequilibrios en los ecosistemas acuáticos) como el riesgo que suponen los pesticidas y otros productos químicos altamente nocivos. 

En cuanto a las gestiones económicas y financieras:  

  1. Redirigir o eliminar las subvenciones que actualmente dan algunos gobiernos y que perjudican la biodiversidad en al menos 500.000 millones de dólares anuales. También se potenciarán los incentivos por una buena conservación y uso sostenible de la naturaleza. 

  1. Conseguir que un mínimo de 200.000 millones de dólares cada año en financiación estatal e internacional se inviertan en biodiversidad tanto por parte de financiadores públicos como privados.

  1. Aumentar los flujos de fondos internacionales de los países llamados cómo “desarrollados” hacia los países denominados “en vías de desarrollo” mínimo en 20.000 millones de dólares por año para 2025 y mínimo en 30.000 millones de dólares por año para 2030. Una acción que será prioritaria en cuanto a los países con economías en transición y los Pequeños Estados Insulares con economías en Desarrollo (SIDS, de sus siglas en inglés).  

  1. Exigir a las empresas y grandes instituciones financieras que supervisen, evalúen y hagan públicos de manera transparente los impactos que pueden tener sobre la biodiversidad sus operaciones, cadenas de valores y suministros y carteras. 

Delegación del CREAF en la COP15: Dani Villero, Sergi Herrando, Lluís Brotons y Alícia Pérez-Porro de izquierda a derecha. Foto: CREAF.
Delegación del CREAF en la COP15: Dani Villero, Sergi Herrando, Lluís Brotons y Alícia Pérez-Porro de izquierda a derecha. Foto: CREAF.

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