Angham Daiyoub y cómo conjugar bosque, conflicto armado, justicia ambiental y ecofeminismo
Las palabras clave del discurso de la investigadora de origen sirio Angham Daiyoub son justicia ambiental, bosque, biodiversidad, mujer, conflicto armado y conservación. No necesariamente en este orden, pero están todas. Y por eso hace falta una mirada cuidadosa al hablar con ella, para huir de estereotipos y preguntas recurrentes. Cursa el doctorado en el CREAF con una tesis doctoral que plantea la relación entre el conflicto armado en Siria, la violencia ambiental y la conservación de la biodiversidad, desde una mirada y análisis con perspectiva de género.
Actualmente trabaja en investigar y evidenciar casos de injusticia ambiental en Siria –como polución, deforestación y vertidos de petróleo.
Actualmente trabaja en investigar y evidenciar casos de injusticia ambiental en Siria –como polución, deforestación y vertidos de petróleo–, mediante una colaboración entre el CREAF, la Fundación Autónoma Solidaria y el centro de investigación ICTA-UAB, juntamente con la investigadora de este centro y co-directora de su tesis Daniela del Bene. Algunos resultados de su trabajo conjunto ya están publicados en el Global Atlas of Environmental Justice. Otra parte relevante de su investigación ha sido conseguir datos inéditos sobre el lirio azul (Iris nusairiensis) endémico de Siria, un país con vegetación de familias y géneros de plantas que también son habituales en Cataluña y en otros puntos del Mediterráneo.
Una de las alianzas más poderosas con las que cuenta Angham Daiyoub es la investigadora del CREAF y profesora de la UAB Sandra Saura Mas, tutora y directora de su tesis doctoral. “Es quien me habló del programa de Fundación Autónoma Solidaria de prevención de la violencia extrema. Y nuestra propuesta para optar a su convocatoria fue adentrarnos en el eco feminismo”, recuerda la joven doctoranda. Otro de sus referentes es la profesora de la Universitat de Lleida María Christina Vega, directora conjuntamente con Sandra Saura Mas de su trabajo de fin de máster sobre el impacto del conflicto armado en la cubierta forestal de Siria.
Ecofeminismo y cultura de paz
Analizar el uso popular de las plantas en tiempo de guerra, con perspectiva de género y desde la mirada de análisis del ecofeminismo es una parte relevante de su tarea como investigadora.
Con un tono suave y rotundo a la vez, Angham explica que quiere "poner a prueba la teoría del ecofeminismo en Siria". Y apunta una de sus propuestas para impulsar soluciones: “incluir a la mujer en puestos de toma de decisión política”, una alternativa que no es menor si se lee con los ojos puestos en Oriente Medio. Una parte significativa de su trabajo de campo tuvo lugar en Siria y consistió en entrevistas etnobotánicas a hombres y mujeres de entornos donde el conflicto armado ha afectado de manera distinta. Su voluntad era analizar el uso popular de las plantas en tiempo de guerra, con perspectiva de género y desde la mirada de análisis del ecofeminismo.
Daiyoub comenta que últimamente está leyendo a Simone de Beavoir, una de las voces europeas más íntimamente vinculadas al feminismo, que exigió la independencia laboral de la mujer como prioridad para la igualdad. Son muchos los tipos de eco feminismos definidos, pero a menudo se considera a la filósofa francesa una de las referentes, al vincular la degradación del entorno con la opresión de la mujer en la década de los 70. Y desde la cuenta de Twitter de la joven doctoranda también puede verse su interés por la escritora de origen egipcio Nawal El Saadawi.
Desde su mirada de ingeniera forestal busca estudiar cómo los extremismos violentos afectan a la conservación de la biodiversidad.
Desde su mirada de ingeniera forestal busca "estudiar cómo los extremismos violentos afectan a la conservación de la biodiversidad". Según datos de su investigación, en Siria el bosque había llegado a ocupar el 15% del árido paisaje y esta proporción cae drásticamente en el siglo XX debido a la deforestación. Como consecuencia, en 2007 el bosque cubre el 3% del territorio del país. Y actualmente apenas es el 2%. Según datos de 2010 del PNUD, el gobierno sirio se fijó para 2015 el objetivo de aumentar la superficie forestal hasta el 3,86%. Pero la guerra estalla en el 2011, relega al bosque a convertirse en un recurso de crisis y diluye totalmente la intención de ampliarlo.
Violencia ambiental
Se diría que un discreto sentido del humor y un temperamento calmado le permiten hablar de una guerra civil que se alarga más de once años, que ha provocado la migración de más de 5 millones de personas fuera del país y el desplazamiento de 6 millones de personas en el territorio. Cerca de 1,4 millones de refugiados se establecieron en la zona costera de Siria, que contiene la mayor parte de la cubierta forestal del país, causando una presión adicional sobre los recursos naturales y especialmente los bosques.
"Hay muchos tipos de violencia... yo me enfoco hacia la ambiental porque, si bien a menudo no tiene un impacto físico directo en los humanos, tiene un efecto a largo plazo muy significativo", explica. "Cuando se destruye un bosque, desaparece un ecosistema lleno de vida muy diversa. No perdemos sólo un conjunto de árboles. Me da mucha rabia que esto ocurra por sus consecuencias, porque Siria es un país muy árido", afirma. Y, a continuación, apunta la idea que defendió en la COP 27 en noviembre de 2022, en una mesa redonda organizada por la ONG New Women Connectors for Inclusion and Social Justice. "Cuando se emprenda la reconstrucción de Siria, es esencial situar a más mujeres en puestos de toma de decisión para contribuir a la conservación del entorno", afirma. "Las mujeres en Siria durante la guerra no hemos ocupado puestos de toma de decisión, no hemos luchado en primera línea, no participamos en la guerra como lo han hecho los hombres".
Hoy su entorno familiar y social más cercano residente en Siria está a salvo, si esto es posible teniendo en cuenta las condiciones de conflicto armado. Ahora bien, no esquiva afirmar que, si bien la guerra física casi ha terminado en algunas zonas del país, el estado de alerta se mantiene: “no es fácil, pero estoy muy agradecida porque mis padres todavía mantienen la casa y yo todavía tengo a mi familia".
El bosque, un escenario de guerra
La profundidad del bosque y los valles son a menudo el escenario de las guerras actuales, sobre todo de los conflictos intra-nacionales, ya que proporcionan refugio a algunos grupos armados y paramilitares. Sin embargo, Angham Daiyoub subraya que el rol de la deforestación durante los conflictos armados es dual. "La guerra tiene un efecto devastador sobre las personas, pero puede tener repercusiones negativas y positivas en los bosques: por ejemplo, los ejércitos los queman para ganar visibilidad y calentarse, los soldados cazan animales salvajes para alimentarse pero, al mismo tiempo, la guerra desincentiva la explotación de la industria de la madera".
"Cuando se destruye un bosque, desaparece un ecosistema lleno de vida muy diversa. No perdemos sólo un conjunto de árboles. Me da mucha rabia que esto ocurra por sus consecuencias, porque Siria es un país muy árido"
Uno de los principales objetivos de su trabajo es estudiar los cambios en la superficie de la cubierta boscosa y la conservación de las especies vegetales, desde el inicio del conflicto armado sirio.
Uno de los principales objetivos de su trabajo es estudiar los cambios en la superficie de la cubierta boscosa y la conservación de las especies vegetales, desde el inicio del conflicto armado sirio. Ha utilizado imágenes de satélite de bosques, extensiones agrícolas, pastos y zonas sin vegetación, tanto de períodos anteriores a la guerra (2011) como obtenidas durante la guerra (2019). También ha planteado mapas de especies vegetales amenazadas, utilizando datos de la lista roja de la UICN. Los resultados mostraron una significativa pérdida de la cubierta forestal entre 2011 y 2019, la mayor parte como resultado de la conversión de bosques en tierras agrícolas y pastos, además de la expansión urbana. Ha contribuido a elaborar dos mapas de puntos calientes que señalan las zonas más importantes para conservar la biodiversidad de especies: la cordillera costera, la cordillera Anti-Líbano, Jabal al-Arab y los altos de Golan, con el mayor número de especies amenazadas.
La materia prima del trabajo cotidiano de Angham Daiyoub es tan crítica y apasionante como descorazonadora... especialmente porque su familia vive en Siria, porque su estancia en Europa no es estable y porque la financiación de su investigación doctoral es irregular. Lo cuenta con una mirada plácida, exenta de reproches y una piensa que la distancia cultural hace que nos perdamos el auténtico sentir de esta valiente investigadora, que busca maneras de finalizar una tesis doctoral que se ha convertido en una lucha en sí misma.