La suma de varios impactos humanos incrementa casi el doble la concentración de gases de efecto invernadero en ríos
Un nuevo estudio publicado en Global Change Biology ha analizado cómo la concentración de dos gases responsables del efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), responden a la acumulación de tres tipos de impacto humano, incluyendo el incremento en nitratos por actividades, como la agricultura, y el aumento de temperatura. Estos dos factores, a su vez, provocan que haya mucha actividad metabólica por parte de las comunidades acuáticas del río, que consumen mucha más cantidad de oxígeno del agua de la que se puede recuperar y provoca una situación de hipoxia en el agua -falta de oxígeno-. Los resultados del estudio muestran que estos impactos, en conjunto, pueden llegar a duplicar la concentración de CO2 y CH4 en las aguas fluviales. El trabajo lo ha liderado la Universidad Rey Juan Carlos y ha participado el CREAF, entre otras entidades.
Este trabajo demuestra por primera vez que la combinación de estos tres factores incrementa las concentraciones de estos gases, y potencialmente sus emisiones a la atmósfera.
“Aunque los ríos, de forma natural, presentan una concentración de dióxido de carbono y metano mayor que la atmósfera, este trabajo demuestra por primera vez que la combinación de estos tres factores incrementa las concentraciones de estos gases, y potencialmente sus emisiones a la atmósfera”, señala Cayetano Gutiérrez, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos y primer autor del trabajo. Los autores advierten que esto puede agravar la crisis climática si no se toman medidas que mejoren la salud de estos ecosistemas.
Para realizar este estudio se recogieron muestras de gases de efecto invernadero, medidas de cantidad de oxígeno, nutrientes y temperatura en 50 ríos del norte de Portugal. Con estos datos, el equipo investigador también analizó de qué manera influye la escala espacial a la que se produce el impacto, es decir, tanto a nivel de cuenca como en ríos de localidades concretas.
"El siguiente paso de esta investigación es extenderla a la Península Ibérica a través de la iniciativa IberRios, que coordina precisamente el primer autor de este estudio."
LLUÍS GÓMEZ GENER, investigador del CREAF y co-autor del estudio.
Dos gases que funcionan de manera diferente
La reducción de la presencia de nitratos y de los procesos de hipoxia -falta de oxígeno- puede contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Los resultados también apuntan que el CO2, que es un gas más soluble que el metano, puede viajar grandes distancias en los ríos y parece responder a impactos que ocurren en distintos puntos de la cuenca, como la intensificación agrícola o los vertidos urbanos. Sin embargo, el CH4 es más volátil y se escapa rápidamente a la atmósfera. Este trabajo tiene importantes implicaciones para la gestión de los ríos, donde las medidas de restauración y mitigación de impactos se suelen centrar en actuaciones locales, que no consideran los impactos a escala de cuenca ni los beneficios para la estabilidad climática. Por ejemplo, uno de los focos principales de la gestión de los ríos es reducir la presencia de nitratos, que pueden causar graves crisis ecológicas, como la ocurrida en el Mar Menor. “Este estudio sugiere que la reducción de la presencia de nitratos y de los procesos de hipoxia -falta de oxígeno- podría ofrecer beneficios adicionales a los ya conocemos y, en última instancia, puede contribuir a la lucha contra el cambio climático”, indica Cláudia Pascoal, profesora de la Universidade de Minho, y autora sénior del trabajo.
Según el equipo, esta investigación demuestra la necesidad de gestionar los ríos a escala de cuenca, con una visión integral, no solo para preservar la biodiversidad y los beneficios que aportan a la sociedad, sino también para evitar que se agrave la crisis climática.
Artículo de referencia: Gutiérrez-Cánovas C., Von Schiller D., Pace G., Gómez-Gener L., Pascoal C. Multiple stressors alter greenhouse gas concentrations in streams through local and distal processes. Glob Chang Biol. 2024. DOI: https://doi.org/10.1111/gcb.17301