Las abejas son más sensibles a los plaguicidas a causa del cambio climático
En las últimas décadas se han observado descensos muy importantes en las poblaciones de abejas, que están vinculados a factores como el cambio climático, los cambios en los usos del suelo, la llegada de nuevos enemigos naturales o el uso de plaguicidas. Estudios previos han demostrado que estos factores de estrés no actúan de manera aislada, sino que interactúan entre ellos y pueden ser un cóctel mortal para las abejas. Ahora, un estudio liderado por investigadores del CREAF y de la Universitat Autònoma de Barcelona lo confirman: han realizado un experimento donde demuestran que el aumento de las temperaturas durante el invierno provoca que las abejas solitarias del género Osmia, importantes polinizadores de fruteros, sean más vulnerables a los efectos de los plaguicidas y tengan una esperanza de vida menor.
"Hemos observado que en el peor del dos escenarios de aumento de temperaturas simulados, las abejas viven unos 5 días menos que en condiciones normales. Esto puede parecer una diferencia pequeña, pero en periodos de vida tan cortos como los de las osmias (de aproximadamente unos 20 días), puede tener consecuencias devastadoras a nivel poblacional."
SERGIO ALBACETE, autor principal del estudio e investigador predoctoral del CREAF.
Intoxicación múltiple
El estudio, publicado en Global Change Biology, ha analizado los efectos de la interacción entre el cambio climático y los plaguicidas, exponiendo la abeja silvestre Osmia cornuta a 2 escenarios realistas de aumento de temperatura durante el invierno y dosis subletales del insecticida Sulfoxaflor.
A pesar de que los niveles de insecticida a los cuales se exponen las abejas durante la floración generalmente no son suficientes para causar la muerte del individuo, pueden tener efectos sobre su fisiología y comportamiento y, por lo tanto, sobre su éxito reproductivo.
Según los resultados, se demuestra una interacción sinérgica entre el cambio climático y la exposición a plaguicidas. Las abejas que no fueron expuestas a temperaturas cálidas durante el invierno experimentaron una reducción del 50% de la esperanza de vida cuando ingirieron la dosis más alta de insecticida. Cuando esta misma exposición se combinó con el escenario de cambio climático más pesimista la reducción de la esperanza de vida llegó al 70%. “El incremento de las temperaturas durante el invierno provoca que las osmias consuman sus reservas energéticas y agoten sus cuerpos grasos. Estos cuerpos grasos juegan un papel crucial en el proceso de detoxificación de sustancias como los plaguicidas. Por lo tanto, suponemos que las abejas con menos reservas de energía son más sensibles a los efectos de estos plaguicidas”, indica Albacete.
Además de los efectos sobre la longevidad, la exposición a inviernos más cálidos y dosis subletales del insecticida también afecta la capacidad de respuesta a la luz y el comportamiento de alimentación de las abejas. "Hay que tener en cuenta que, a pesar de que los niveles de insecticida a los cuales se exponen las abejas durante la floración generalmente no son suficientes para causar la muerte del individuo, pueden tener efectos sobre su fisiología y comportamiento y, por lo tanto, sobre su éxito reproductivo", indica Albacete.
Prohibición y legislación europea
Con el objetivo de proteger los polinizadores, la aplicación de la gran mayoría de insecticidas está prohibida durante la floración. No obstante, hay que tener en cuenta, que muchos de estos productos son persistentes y, a pesar de aplicarse en etapas antes de la floración, pueden aparecer en el polen y el néctar de los cultivos tratados. Además, "los efectos observados en el experimento son el resultado de exponer las abejas a una dosis realista de un determinado insecticida, pero en los sistemas agrícolas, las abejas se exponen de manera crónica a una gran variedad de agroquímicos (insecticidas, fungicidas, herbicidas...), así que todavía se complica más su supervivencia", advierte Anselm Rodrigo, investigador del CREAF y la UAB y también coautor del estudio.
A pesar de que este estudio ha utilizado escenarios climáticos futuros basados en los estándares del IPCC, las condiciones de exposición empleadas pueden considerarse ya realistas y vigentes.
"Las temperaturas de nuestro escenario climático más pesimista ya está sucediendo durante los últimos años en inviernos especialmente cálidos. Por lo tanto, los impactos observados en nuestro estudio ya pueden estar afectando en la actualidad las poblaciones de polinizadores silvestres."
JORDI BOSCH, investigador del CREAF y co-autor del estudio.
En esta investigación también han participado el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-Universitat Pompeu i Fabra) y la Universidad de Bolonia en Italia. Según los autores, estudios como este ponen de manifiesto la necesidad de considerar múltiples factores de estrés para comprender los declives en las poblaciones de abejas. Así mismo, los resultados obtenidos destacan la importancia de revisar los umbrales de toxicidad definidos en la evaluación del riesgo de los plaguicidas que marcan las legislaciones europeas, puesto que las poblaciones de abejas se enfrentan a temperaturas cada vez más cálidas, y estos umbrales podrían no ser bastante protectores.
Articulo de referencia: Albacete S, Sancho G, Azpiazu C, Rodrigo A, Molowny-Horas R, Sgolastra F, Bosch J. Bees exposed to climate change are more sensitive to pesticides. Glob Chang Biol. 2023 Nov;29(22):6248-6260. doi: 10.1111/gcb.16928. Epub 2023 Sep 1. PMID: 37656005.