Los bosques maduros de Cataluña ganan: nuevas ayudas para promoverlos y conservarlos
La necesidad de conservar y reconocer los bosques maduros de Cataluña se hace evidente con la nueva línea de ayudas que estrena el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural. El propósito de esta pionera iniciativa es aumentar la preservación de los escasos bosques maduros que aportan muchos valores ambientales tanto a la biodiversidad como a otros servicios ecosistémicos. Además, en Cataluña en concreto, tienen unas peculiaridades remarcables.
El catálogo define los criterios para determinar los rodales maduros y qué gestión es factible de aplicar en aquellas áreas que son premaduras para mejorar su conservación.
No obstante, para poder ayudar económicamente a los boscos madurs, es necesario que la ciencia les haga una buena radiografía previa e identifique cuáles son las características más importantes que se deben reconocer. Necesitamos una guía que nos ayude a inventariarlos, conservarlos y mejorar las zonas de bosque que presentan rasgos destacados de madurez. Y aquí es donde nuestros investigadores Jordi Vayreda y Lluís Comas entran en juego. Desde la Dirección General de Ecosistemas Forestales se ha encargado al CREAF y al CTFC la creación de esta guía bajo el nombre 'Catálogo de bosques maduros de Cataluña. Definición y propuesta de gestión'. Un trabajo que define los criterios para determinar los rodales maduros y qué gestión es factible de aplicar en aquellas áreas que son premaduras para mejorar su conservación
"Preservar los pocos bosques maduros que quedan en Cataluña e incentivar que los que no lo son tanto mejoren su madurez permitirá garantizar una biodiversidad biológica a menudo muy escasa, rara y amenazada"
Jordi Vayreda, investigador del CREAF
¿Cómo evaluamos la madurez de un bosque?
Seguro que has oído hablar de los bosques maduros. Son aquellos que, escapando de la acción humana, han logrado llegar a edades centenarias. Son lugares con árboles muy grandes, algunos de los cuales han muerto por causas naturales con el paso del tiempo (senescencia) y que se caracterizan por combinar árboles de diferentes edades y madera muerta que se encuentra en diversos estados de descomposición, tanto en pie como en el suelo. Esto les confiere una singularidad única y una importancia vital para la biodiversidad, que a menudo incluye especies protegidas.
"Cada vez hay más evidencias de que una mayor madurez conlleva una mayor capacidad de resistencia a las perturbaciones como los incendios o el cambio climático"
Lluís Comas, técnico del CREAF
La complejidad estructural y la senectud son los indicadores más determinantes que se consideran clave para mejorar el valor de madurez de un bosque.
Para evaluar cuán maduro es un rodal, se utiliza el protocolo de muestreo del Life Redbosques, es consultable públicamente. De acuerdo con esta metodología, la madurez se evalúa a escala de rodal (una medida más pequeña que el bosque) a partir de 9 indicadores que tienen en cuenta cinco criterios: su composición de especies, la complejidad estructural, la senectud, los microhábitats y la dinámica natural. Entre estos criterios, la complejidad estructural y la senectud son los más determinantes y se consideran clave para mejorar su valor de madurez con una gestión a corto y medio plazo. Concretamente, el criterio de la complejidad estructural se basa en el área basal, el número de clases diamétricas y el número de estratos verticales; el criterio de senectud se basa en la abundancia de madera muerta y en el número de árboles de tamaños excepcionales. En total, aplicando una puntuación a cada indicador, este valor tiene un resultado entre 0 y 10 y, cuanto mayor sea, indicará mayor madurez del bosque.
Actualmente en Cataluña se considera que hay muy pocos bosques maduros, de hecho, son prácticamente imperceptibles en la zona mediterránea (solo un 2% según la FAO), y suelen estar dispersos, aislados y en suelos empobrecidos. Además, los incendios de alta intensidad, que ocurren cada vez con más frecuencia, y la gestión forestal tradicional con la explotación de madera y leña, impiden el desarrollo de una dinámica natural forestal propia y que los bosques lleguen a fases avanzadas del ciclo silvogenético. El Informe Estado de la Naturaleza nos dice que en una escala del 1 al 10, el conjunto de los bosques de Cataluña ha pasado de tener un grado de madurez de 1,8 a 2,3 en los últimos 25 años. Sin embargo, los valores son extremadamente bajos y es necesario potenciarlos.
Catalizar la madurez y la biodiversidad en bosques privados
Cada vez es más evidente que no es suficiente con los espacios públicos protegidos por los gobiernos para alcanzar los objetivos de conservación internacionales en cuanto a bosques maduros. Por esta razón, los subsidios del Centro de la Propiedad Forestal (CPF) se han habilitado para catalizar los servicios ecosistémicos que surgen si se gestionan de manera sostenible los bosques de propiedad privada, y cuentan con un presupuesto inicial de 300,000 euros. Específicamente, existen dos líneas de financiamiento: una enfocada en potenciar las acciones en bosques donde se realicen prácticas silvícolas para integrar la conservación de la biodiversidad del bosque, y otra línea que se destinará específicamente a crear reservas forestales para conservar a largo plazo los bosques maduros. ¿Cómo podemos saber qué acciones son las más adecuadas para cada parcela de bosque? Todo depende del objetivo y los potenciales que tenga en cada rodal.
Con la primera línea, por ejemplo, aunque no se enfoque directamente en los bosques maduros, se fomentarán algunas prácticas para señalar y mantener algunos árboles concretos que potencialmente son más viejos o tienen cavidades y que, por tanto, funcionan como refugio de insectos, mamíferos y aves que, en muchos casos, solo viven en estos hábitats. También se incentivarán las actuaciones que contribuyan a producir un tipo concreto de biodiversidad forestal, como la asociada a la madera muerta. ¡Y no solo eso, sino que por primera vez se compensará económicamente a la propiedad para que no corte estos árboles y preserve los elementos relevantes para la biodiversidad de su bosque!
La segona línia vol promoure que entre la propietat privada s'estableixin reserves forestals de rodals madurs, senescents i premadurs.
La segunda línea lo que busca es promover entre la propiedad privada el establecimiento de reservas forestales de rodales maduros, senescentes y premaduros. Específicamente, se encargará de garantizar que durante 25 años no se realizará ninguna gestión contraria a la conservación de estos rodales y que el bosque tendrá una evolución libre, sin intervenciones silvícolas.