Los terrenos degradados restaurados con lodos de depuradora secuestran hasta un 37% más de carbono
Un estudio realizado por investigadores del CREAF y la UAB concluye que restaurar terrenos degradados con lodos de depuradora ayuda a secuestrar carbono en el suelo. Estos residuos orgánicos mejoran la estructura del suelo y favorecen el crecimiento de la vegetación, que posteriormente se incorpora al suelo en forma de carbono orgánico.
Las actividades extractivas tienen un efecto destructivo en el suelo. Por este motivo, una vez finalizada la explotación del mineral es necesario rehabilitar el terreno afectado por recuperar su fertilidad y facilitar el desarrollo de la vegetación. Un equipo de investigadores del CREAF y de la Universidad Autónoma de Barcelona ha comprobado que añadir lodos residuales de las depuradoras (EDAR) en terrenos degradados por actividades mineras mejora la calidad del suelo y aumenta y acelera el secuestro de carbono a medio plazo. Durante el estudio se ha comprobado que los suelos restaurados con lodos secuestraban 26 toneladas de carbono por hectárea y año en comparación con las 19 toneladas que secuestraban los suelos sin lodos.
El estudio, presentado en el VII Simposio Nacional sobre Control de la Degradación y Restauración de Suelos, se ha centrado en una cantera situada entre Alcover y Mont-Ral (Tarragona) y ha comparado el contenido de carbono de un suelo abonado con lodos EDAR, añadidos en 1996, con un suelo sin curtir.
La mayor parte del carbono de los lodos de depuradora se degrada fácilmente, por eso hasta ahora se discutía si estos lodos son útiles para mejorar el secuestro de carbono en el suelo a largo plazo. Aún así, los lodos de depuradora tienen otra fracción de carbono que se mantiene estable en el suelo. "Hemos visto que la cantidad de carbono orgánico del suelo no sólo incrementa una vez se han añadido los lodos EDAR, como era de esperar, sino que va aumentando a lo largo de estos dieciocho años de duración del experimento", remarca Vicenç Carabassa, investigador del CREAF y coautor del estudio.
El estudio abre las puertas a potenciar todavía más el uso de estos residuos en la restauración, ya que según los investigadores también se podriía aplicar en otros emplazamientos degradados.
Los investigadores explican que los lodos de depuradora, además de almacenar el carbono, mejoran la estructura del suelo y aportan nutrientes que permiten el crecimiento de las plantas. "Buena parte del carbono que encontramos en el suelo 18 años después, proviene de la vegetación que se ha desarrollado en estas zonas gracias a la aplicación de los lodos. A medida que la vegetación se muere se incorpora al suelo, donde el carbono de estos restos vegetales queda retenido durante mucho tiempo", dice Vicenç Carabassa.
No todos los lodos son aptos
Los lodos que se obtienen en las estaciones de depuración de aguas son ricos en nitrógeno y fósforo y se utilizan principalmente para fertilizar suelos agrícolas. "Por ello es importante no aplicarlos en dosis excesivas, ya que estos elementos podrían contaminar las aguas superficiales y subterráneas. Además, hay que tener en cuenta que contienen metales pesados y otros contaminantes y por ello es muy importante conocer el contenido y evaluar la aptitud de los lodos antes de aplicarlos al suelo ", comentan los autores.
La restauración es obligatoria
Todas las empresas mineras están obligadas a restaurar los espacios afectados por la actividad extractiva, según marca la legislación desde 1981. El caso de las canteras, como que habitualmente no disponen de suelo con una calidad suficiente para restaurar el terreno degradado, se recomienda utilizar los materiales de desecho de la propia explotación, previamente mezclados con materia orgánica fertilizante, siempre y cuando estos materiales cumplan con unos mínimos de calidad.