Reconstruyen el clima de la Península Ibèrica desde la época de los romanos hasta la actualidad
Investigadores del CREAF, el ICTJA-CSIC y la UB relacionan los cambios con dos fenómenos atmosféricos, la Oscilación del Atlàntinc Norte (NAO) y la del Atlántico Este (EA). El estudio se ha llevado a cabo con la ayuda de testigos de sedimento lacustre recuperados en la Sierra de Gredos, a más de 2.000 metros de altitud.
"La coordinación entre la NAO y la EA ha sido diferente en cada período histórico que se ha estudiado y es por eso que el clima ha ido variando" explica el investigador del CREAF, Sergi Pla.
Los resultados de un estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews relacionan por primera vez el clima de los últimos 2.000 años con la influencia de la Oscilación del Atlàntinc Norte (NAO) y del Atlántico Este (EA), dos fenómenos atmosféricos diferentes del conocido Niño del Pacífico.
El equipo multidisciplinar de científicos ha conseguido describir de forma detallada las temperaturas y precipitaciones desde el 200 A.C. hasta la actualidad gracias al análisis de sedimentos de la laguna de Cimera (en la Sierra de Gredos). De hecho, esta investigación representa "un avance significativo para comprender los mecanismos climáticos que han controlado parte de nuestra historia" según la autora principal del artículo e investigadora del ICTJA-CSIC, Guiomar Sánchez.
El clima actual de la Península Ibérica es el más seco de los dos últimos milenios
Para efectuar la reconstrucción climática los autores del estudio tomaron, durante el invierno de 2012, nueve testigos de sedimentos de la laguna Cumbre, de origen glacial y situada a 2.140 metros de altitud. El motivo de tal elección es que "una laguna remota como la de Cumbre nos permite estudiar las variaciones del clima en los últimos 2000 años sin la influencia en el registro sedimentario de actividades humanas locales. De esta manera la señal climática obtenida se mucho más clara "explica Sánchez.
Los resultados obtenidos muestran que:
• Durante el Periodo Romano (200 A.C. - 500 de nuestra era) se alternaron en el centro de la Península los períodos cálidos y fríos, pero predominaban los inviernos cálidos y húmedos y los veranos calurosos.
• A lo a largo de la Baja Edad Media (500-900 de nuestra era) hubo un cambio hacia condiciones más frías, con inviernos fríos y secos y veranos secos.
• Posteriormente, en la Anomalía Climática Medieval (900-1300 de nuestra era), el clima ibérico central se diferenció porque los inviernos fueron secos y cálidos.
• En el período siguiente, durante la Pequeña Edad del Hielo (1300-1850 de nuestra era), pasó todo lo contrario: los inviernos fueron húmedos y fríos y los veranos fueron también fríos.
Los autores han caracterizado también el periodo de la Era Industrial, que se extiende entre 1850 y 2012. Podríamos decir que se define el clima de la actualidad, claramente afectado por el cambio climático. Esta influencia se ha hecho evidente también en los sedimentos analizados y Guiomar Sánchez indica que "el clima más reciente es mucho más seco y cálido que el de hace 2000 años".
La influencia de la NAO y la EA al clima ibérico
Esta investigación, integrada con reconstrucciones climáticas anteriores de otras zonas de la Península, ha permitido establecer con precisión la influencia de los principales patrones de circulación atmosférica: la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) y el del Atlántico Este (EA), fundamentales para entender la dinámica de la precipitación y de la temperatura peninsular.
La interacción de estos fenómenos en la misma fase provoca un clima homogéneo en la Península mientras que si la interacción se produce en fases opuestas se observa una mayor variabilidad climática.
La NAO y la EA muestran dos fases, una positiva y una negativa. La fase negativa de la NAO se caracteriza por inviernos más húmedos en el sur de Europa, mientras que la fase positiva provoca inviernos más secos. Por los que respecta a los veranos, en la fase negativa de la EA son más fríos que cuando domina la fase positiva.
"Cuando estos patrones climáticos han estado en fases iguales y positivas, EA+ NAO+, como ocurrió durante la Anomalía Climática Medieval, el clima era cálido-seco. A la inversa, cuando los patrones climáticos estaban en fases iguales pero negativas, EA- NAO-, lo que sucedió durante la Pequeña Edad de Hielo, el clima era frío-húmedo. Durante los períodos en que los patrones están en fases diferentes, este binomio se rompe y el clima hace otras combinaciones. "Es por eso que durante los periodos donde los dos patrones climáticos estaban en fases diferentes EA+ NAO-, como fue el Periodo Romano, el clima era cálido-húmedo. En cambio, cuando estaban en fases diferentes pero a la inversa, EA- NAO+, como ocurrió en la Baja Edad Media, el clima era seco-frío.
ARTÍCULO
Sánchez-López, G., Pla Rabes, S., et al. (2016), Climate reconstruction for the last two millennia in central Iberia: The role of East Atlantic (EA), North Atlantic Oscillation (NAO) and their interplay over the Iberian Peninsula, Quaternary Science Reviews, 149, 135-150. DOI: 10.1016/j.quascirev.2016.07.021.