Los captadores de niebla son una esperanza para llevar agua a las zonas más aisladas del mundo
En la Isla de El Hierro, en Canarias, el agua es un bien escaso y sus habitantes se las han tenido que ingeniar para conseguirla a lo largo de la historia. Una de las maneras más antiguas era el árbol Garoé (Ocotea foetens), que, como otros árboles que viven rodeados de niebla y humedad, atrapa las pequeñas gotitas de agua, así, la población almacenaba las gotas que caían desde las hojas en un pozo. Es en esta idea precisamente en la que se inspira el proyecto europeo Life Nieblas, que ha testeado y mejorado 3 tipos de colectores de niebla que imitan esta función de los árboles. El proyecto, que comenzó en 2020, presenta ahora su informe final en el que concluye que esta tecnología es muy eficiente y de las más útiles para llevar agua a las zonas más inhóspitas y complejas del mundo. Durante el proyecto, ha servido para reforestar y regar el bosque de laurisilva del Barranco El Andén en Gran Canaria, y para reforestar una cantera en Catalunya y un bosque quemado en Portugal. Todos ellos, proyectos de reforestación que estaban destinados a obtener unos resultados muy limitados por la aridez de la zona y por la imposibilidad de llevar agua al terreno para regar los arbolitos.
“La clave del proyecto está en que demuestra que existen colectores eficaces y autónomos que pueden ayudar a las zonas más complejas a obtener agua”.
GUSTAVO VIERA RUÍZ, técnico de GESPLAN y coordinador del proyecto.
En el Barranco de Gran Canaria, se han instalado alrededor de 40 colectores -con una superficie de captación de 135m2- de tres tipos diferentes para reforestar 35,8 hectáreas, que han recogido 121.901 litros de agua en total; se han plantado 15.000 árboles de diversas especies de laurisilva, como el madroño canario o el brezo, con una ratio de supervivencia del 86% - un dato que duplica la tasa de supervivencia de la reforestación tradicional, que ronda el 40% –. “Esto también se ha traducido en que hemos recuperado el potencial del bosque de capturar carbono atmosférico, en concreto, calculamos unas 175 toneladas de CO2 al año”, apunta Gustavo Vieira, director técnico del proyecto desde Gesplan.
Respecto al riego, se ha desarrollado un dispositivo que permite descargar agua de forma automática sin ningún tipo de suministro energético ni emisiones de CO2. Esta metodología ayuda a que todo funcione de forma autónoma, algo imprescindible en los proyectos más complejos y remotos. Además, ha conseguido reducir la huella de carbono, ya que no se emplea maquinaria para llevar agua de un lado a otro, ni sistemas eléctricos para el riego y también se reduce la huella hídrica, al no explotar acuíferos o ríos.
Life Nieblas, un proyecto Life cofinanciado por la Comisión Europea, lo han coordinado el Cabildo de Gran Canaria y Gesplan mano a mano con sus socios, el CREAF, ICIA, ITC, la Universidad de La Laguna, Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la Comunidad Intermunicipal Viseu Dão Lafões de Portugal.
Nubes de esperanza para las zonas más remotas del mundo
El proyecto Life Nieblas ha demostrado que existen colectores eficaces y autónomos que pueden ayudar a las zonas más complejas a obtener agua
La clave del proyecto está en que, por primera vez, demuestra que existen colectores eficaces y autónomos que pueden ayudar a las zonas más complejas a obtener agua. Por ejemplo, cinco colectores se han replicado en una zona de bosque en Vouzela (Portugal), que sufrió un gran incendio en 2017, donde se han replantado especies como el roble común o el alcornoque. También en Catalunya se han instalado, en colaboración con el proyecto RESTARC, 60 colectores del tipo individual para replantar especies mediterráneas como el acebuche o el lentisco en una cantera en proceso de restauración en el Garraf. En Canarias, el equipo de Life Nieblas colabora con otros proyectos y administraciones para extender los colectores a otras islas y ayudar a paliar la crisis hídrica. Por ejemplo, en Tenerife han instalado algunos para regar castaños, un cultivo que requiere mucha agua. También se utilizarán alrededor de 9 colectores para restaurar la vegetación del macizo de Famara en Lanzarote, “que ahora mismo está prácticamente desértico”, explica Saúl Oliva, técnico coordinador del proyecto desde Gesplan. Y, en el caso de Gran Canaria, se está colaborando con el proyecto de Mosaico para que 400 ovejas puedan beber ‘agua de niebla’ mientras pastan en el bosque, que hasta ahora se tenía que llevar con cubas de agua.
Pero, hay más, a nivel internacional, el proyecto ha conseguido llegar a la localidad de Chungungo, un pueblo pesquero de Chile, que comienza a utilizar los colectores para abastecer de agua potable a la población, “se están haciendo pruebas todavía, pero los datos son positivos”, puntualiza Saúl Oliva. Por su lado, la Universidad de Sapienza en Italia, está diseñando prototipos basados en los de Life Nieblas para reforestar zonas quemadas en el norte de Italia. En el continente africano, también se está colaborando con la entidad Biflores de Cabo Verde, que ha instalado alrededor de 5 colectores rudimentarios en la isla de Brava, una localidad de extrema pobreza donde el agua es un bien muy limitado, “con las mallas que utilizamos para nuestros colectores y unas estructuras de madera que fabrican ellos mismos, han conseguido obtener 1000 litros de agua al día (un dato impresionante), que utilizan para regar los cultivos y dar de beber al ganado”; comenta Saúl Oliva.
El Cabildo de Gran Canaria seguirá financiando el proyecto hasta 2029, “esperamos que el proyecto continúe extendiéndose, sobre todo en aquellas zonas que sufren sequía”, añade Francisco González Artiles, técnico del Área de Medioambiente del Cabildo de Gran Canaria y parte del equipo coordinador.
Tres tipos de colectores
Life Nieblas ha utilizado tres tipos de colectores. El más innovador nace en el seno del proyecto, lo han diseñado desde el ICIA y la ULL, y se inspira en las acículas -hojas- del pino canario, que están especialmente diseñadas para atrapar las gotas de niebla. La estructura de este colector de acículas o innovador (i-FWC) es sencilla y se presenta como un peine de filas metálicas, que puede instalarse en dos plantas para aumentar la superficie para captar agua; “ha sido el diseño más eficiente, es modular y fácil de montar, también es el más económico”, destaca Gustavo Vieira. Por otro lado, están los colectores torre, que se componen de una estructura poliédrica, recubiertas de malla de polietileno o volumétrica - que se utiliza normalmente para estabilizar taludes de carreteras-, ambos materiales muy accesibles en el mercado y muy útiles para captar la niebla. Además, también se han empleado estructuras más pequeñas de reforestación que utilizan la malla de polietileno, así esta estructura rodea a la planta y le dan un triple servicio; “ya que la protege de los herbívoros, mientras que capta humedad ambiental, mantiene la humedad del suelo y reduce la insolación sobre la planta, aspectos fundamentales para establecer las pequeñas plántulas”; explica Vicenç Carabassa. Los requisitos para instalar cualquier tipo de colector son sencillos: que haya niebla y viento para que las microgotas choquen con el aparato, condiciones que pueden darse tanto en zonas costeras, desérticas o de montaña.