El CREAF y la UAB reflexionan sobre cómo mantener el verde urbano a pesar de la sequía
En Cataluña, el fin del 2023 estuvo marcado por la peor situación de sequía de la historia, con más de treinta meses de déficit que llevan al territorio al umbral de la emergencia. Ante un escenario que provoca restricciones de agua y frena las nuevas plantaciones y la necesidad de tener más árboles en las ciudades para hacer frente a los efectos del cambio climático, ¿qué hacemos?
En el marco de la Semana Europea de los Bosques Urbanos, el 5 de diciembre el CREAF y la UAB celebraron una jornada de reflexión sobre los retos y las oportunidades de innovación de la silvicultura urbana para presentar públicamente el proyecto del futuro refugio climático del campus.
Los bosques urbanos son un tipo de solución basada en la naturaleza (SBN) que mejoran la resiliencia de las ciudades, favorecen la biodiversidad y la salud integral de sus habitantes. Pero esta “naturaleza en maceta pequeña”, como la denomina Joan Pino, director del CREAF e impulsor de la iniciativa, es frágil y particular. Según un estudio del proyecto Uforest, la silvicultura urbana se enfrenta a grandes retos socioambientales, desde duras condiciones de crecimiento hasta problemas de equidad social, que requieren soluciones innovadoras.
Durante la jornada, que reunió unes 20 personas -la mayoría estudiantes de la UAB-, se trató sobre cómo crear un refugio climático en el campus basado en un bosque urbano teniendo en cuenta el contexto local (el clima, la topografía, el suelo, etc.), los principales servicios ecosistémicos que lo caracterizan (sombra, agua y descanso) y la conservación de la biodiversidad.
Los estudiantes de la UAB Júlia Alegre y Luis Torres presentaron El Bosc Glial, el proyecto ganador de la escuela de especialización d’Uforest, explicando cómo reaprovechar el agua de lluvia y qué especies de árboles y arbustos ofrecen el máximo de funciones con unos requisitos hídricos mínimos.
La cuestión sobre qué especies de árboles habría que plantar es controvertida. A priori, las autóctonas parecen ser la mejor opción por su adaptación a las condiciones locales y los beneficios para la biodiversidad. Sin embargo, las duras condiciones de crecimiento en las ciudades (suelos con poca capacidad para retener agua y pobres en microorganismos, polución, sequía, competencia por el espacio, etc.) les provoca estrés crónico. Éste es especialmente problemático para los árboles jóvenes, que mueren prematuramente.
En este sentido, los y las asistentes tuvieron la oportunidad de conocer el innovador método Cocoon, un recipiente de cartón que se entierra lleno de agua junto con el árbol para hidratarlo durante el primer año de vida, el más crítico. Esta tecnología probada en el CREAF contribuye a que las plantaciones sean efectivas y sobrevivan en las peores condiciones.
Para el cierre, se hizo una visita a la Plaça del Coneixement, el sitio donde se emplazará el futuro refugio climático de la UAB, donde los y las asistentes escribieron deseos y reflexiones personales en unos papeles compostables llenos de semillas que se plantarán con los árboles cuando acaben las restricciones por sequía.