La invasión de la avispa asiática
“Se expande como la pólvora” resume Joan Pino, subdirector del CREAF, sobre el caso de la avispa asiática. Esta especie invasora llegó a España en 2010 desde Francia y a día de hoy ya se ha establecido en casi todo el norte de la Península Ibérica. En abril de 2015 el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente diseñó un plan para combatir este preocupante huésped.
La avispa asiática, con su nombre y apellidos Vespa velutina spp. nigrithorax, es una especie invasora en las zonas europeas de clima suave y húmedo. Ya se han citado colonias en países como Italia, Reino Unido y España. ¿Por qué ha saltado la alarma desde su aparición? Principalmente por su presa preferida: la abeja de la miel.
Esta avispa no es agresiva con los humanos, pero sí muestra un comportamiento implacable con otros insectos. Se estima que una sola avispa puede capturar entre 25 y 50 abejas al día. Aprovechan que su tamaño es mucho mayor para infundirles miedo y matarlas de un golpe de mandíbula. Separan las partes del cuerpo, las unen en una bola y las trasladan hasta el nido para alimentar a sus larvas. Una vez han desaparecido las obreras, entran en el panal y acaban con la miel.
Debido a este impacto sobre la población de abejas de la miel, la avispa asiática provoca un impacto socioeconómico relevante en las zonas melíferas del norte de España. En 2012, la región vasca de Pasaia Donibane registró una mortalidad de abejas de la miel del 30%, con las consecuentes pérdidas del sector apícola. Por otro lado, se sospecha que la misma avispa tiene efecto sobre otros productos agrícolas, como flores o frutos cultivados que consumen los ejemplares adultos.
La avispa asiática se expande rápidamente por España gracias a su gran capacidad de reproducción y de dispersión de nuevas fundadoras de colonias. Con una sola reina ya se desarrolla el nido, que podrá tener hasta 15.000 celdillas. Si consideramos que cada fundadora de un nuevo nido puede producir 500 nuevas reinas al año, se entiende que el aumento de sus poblaciones sea tan rápido. Asimismo, son capaces de volar kilómetros en un solo día. Eso sí, no sólo llegan volando a nuevos territorios, sino que los seres humanos juegan un papel importante de transportista. “Muchas zonas pueden llegar a tener el avispón asiático por transporte de mercancías con reinas en hibernación” explica Joan Pino, especialista en especies invasoras. De hecho, “para conocer qué especies nuevas han llegado recientemente a nuestro país, es muy importante muestrear las áreas de recepción de mercancías, como estaciones de tren, o puertos”, añade.
Sin ir más lejos, la llamada drásticamente avispa asesina, parece que llegó a Francia en 2004 de manera similar: en un cargamento de cerámica procedente del sudeste asiático. En solo siete años ya habían ocupado la mitad de departamentos del país francés. Desde allí se lanzó a la conquista de la Península Ibérica. Su punto de partida fue Navarra, en 2010.
La lucha contra la avispa asiática
Inicialmente, la llegada de este insecto no fue tomada en consideración, hasta que empezó a causar impactos en las explotaciones apícolas y a interferir en las actividades humanas. Las asociaciones de apicultores españoles presentaban quejas por pérdidas económicas. Se cancelaron actividades, como por ejemplo conciertos, por nidos problemáticos. Un largo listado de impactos iba apareciendo. Era momento de tomar cartas en el asunto.
Durante el 2014, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente elaboró la Estrategia de Gestión, Control y Posible Erradicación de la ya famosa avispa asiática. Sus objetivos se centraban en frenar la expansión desde las comunidades del norte, mejorar el conocimiento de la especie y reducir los impactos. Todo ello dentro de un programa de seguimiento específico.
Las principales acciones que se plantearon fueron la localización y destrucción de nidos, así como el trampeo de individuos. En todos los casos éste debe ser selectivo, para no crear un impacto innecesario en el resto de fauna. Es por esto que una de las líneas de investigación prioritarias es diseñar trampas y atrayentes específicos para la avispa asiática. Mientras no se encuentre, algunos gobiernos autonómicos se han aventurado a recomendar métodos caseros. Es el caso de La Rioja, que tras la primera cita de avispa en su territorio (2014) propuso como atrayente una mezcla de cerveza, vino blanco y zumo de arándanos.
Respecto a los nidos, no se han llevado a cabo análisis económicos, pero en Toulouse ya se ha estimado que durante una campaña de control de plagas la retirada de cada nido puede costar unos 110 euros. La mejor época para eliminarlos es en primavera o verano – cuando las avispas están más activas – y durante la madrugada o el atardecer – cuando todos los ejemplares están en el nido.
Por otra parte, dentro de la Estrategia anteriormente mencionada, se propuso un modelo del riesgo de invasión en toda España para estudiar qué zonas podrían ser las nuevas afectadas. Para ello, se utilizó un modelo previo creado por Joan Pino para Navarra y aplicado en Cataluña, en el marco del proyecto EXOCAT (CREAF-Generalitat de Catalunya). Gracias a este estudio, se ha encontrado que las zonas húmedas y de temperaturas suaves son las más idóneas para la implantación de la avispa. Por este motivo, el norte de la península ha sido el más ocupado. Zonas áridas como Almería o de clima seco como Madrid presentan una posibilidad mucho más baja de invasión. Curiosamente también se ha encontrado que Vespa velutina se implanta exitosamente en áreas urbanas.
Entre todo esto, se realizarán actuaciones de sensibilización y educación ambiental, informes periódicos de seguimiento, y se hará una evaluación de los posibles depredadores nativos. Los mejores candidatos, que se alimentan de avispas nativas y otros himenópteros, son el halcón abejero europeo y el abejaruco común. Incluso se estudia el adiestramiento de aves para este fin.
No hay que olvidar la participación de la propia sociedad
Ante esta situación son muchas las asociaciones de apicultores que se han puesto en marcha para combatir la presencia, e incluso la llegada, de la avispa asiática. Un claro ejemplo es el gobierno de Aragón, que desarrolló planes de gestión y control antes de tener ninguna cita del insecto. Otro caso es la Asociación Gallega de Apicultura (AGA) con su campaña Stop Vespa velutina. Promovieron charlas informativas sobre este problema y colocación de trampas para atrapar a las reinas durante la primavera.
Pero no sólo los apicultores se han implicado, sino que en algunas zonas es toda la sociedad la que está en movimiento. En Mallorca, donde la especie ha llegado muy recientemente, los estudiantes de la Universidad de las Islas Baleares han desarrollado una aplicación móvil para controlar la expansión. Los usuarios de la app pueden enviar imágenes de la avispa a través de redes sociales y marcar su localización. Una vez más se demuestra que el mejor plan de control y erradicación de una especie invasora es aquél en el que todos participamos.
Recordad! Si veis una avispa asiática tenéis que contactar con los Agents Rurals o la Subdirecció General de Biodiversitat.