Recientemente se ha anunciado la creación de un consorcio europeo llamado E-Niche (European Network in Chemical Ecology), en el que participa el CREAF, entre otros centros, a través del grupo de investigación que lidera Josep Peñuelas, investigador también del CSIC. Este consorcio internacional tiene como objetivo unificar a los equipos de investigación europeos en ecología química, una disciplina que busca comprender los mecanismos químicos que subducen a las interacciones y comunicación entre seres vivos.

La ecología química es un campo de investigación interdisciplinar situado entre la biología y la química. Su enfoque radica en comprender y describir los mecanismos químicos que rigen las relaciones y la comunicación entre organismos. Actualmente, este campo de investigación está altamente fragmentado y el consorcio E-Niche busca fomentar la colaboración entre investigadores e investigadoras para aumentar la visibilidad de sus estudios y compartir conocimientos, herramientas y plataformas.

La investigadora Pilar López, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), destaca la relevancia de fomentar estas colaboraciones, especialmente en el contexto de sostenibilidad. E-Niche busca establecer asociaciones entre científicos de diversas disciplinas como químicos, bioquímicos, biólogos, microbiólogos y neurobiólogos, formando así una red interdisciplinaria que generará ideas y perspectivas originales. Además del MNCN y el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) del CSIC, participan en el proyecto el CREAF, la Universidad de Lleida (UdL), la Universidad de Barcelona (UB) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

El consorcio no sólo busca fomentar la colaboración científica, sino también desarrollar nuevas estrategias para abordar problemáticas de la sociedad actual, como la protección de la biodiversidad y la reducción de contaminantes. Se pretende profundizar en la comprensión del mundo vivo a través del estudio de la comunicación química entre organismos y su entorno. Uno de los objetivos clave es prevenir la pérdida de la biodiversidad química a causa de las amenazas de los cambios globales. La comunicación química se destaca como el lenguaje más antiguo y extendido en la Tierra, utilizado por organismos de todos los tamaños y hábitats. La investigación de la CE se centra en estudiar las sustancias naturales que sirven como transmisores, entender los sistemas a los que se dirigen y caracterizar las consecuencias ecológicas, conductuales y de desarrollo de las señales químicas. Este enfoque multidisciplinar contribuye a comprender la complejidad de las interacciones químicas en los ecosistemas terrestres y acuáticos.

El proyecto E-Niche estará en vigor hasta octubre de 2027, momento en el que se analizarán los resultados obtenidos por considerar su posible continuidad.