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Necesitamos rapidez, energía y decisión para impulsar una ley eficaz de protección del suelo y mitigación del cambio climático

Comunicación y Relaciones Internacionales

Adriana Clivillé Morató

Periodista con experiencia heterogénea en iniciativas de divulgación sobre cambio climático, biodiversidad, sostenibilidad, energías renovables, tecnología, territorio y su gestión con criterios ambientales. He trabajado para universidades, centros de investigación
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La Society for Ecological Restoration Europe (SERE) plantea profundas dudas sobre la idoneidad de la Directiva europea de vigilancia y resiliencia del sueloSoil Monitoring and Resilience Directive– y sobre su potencial para alcanzar los objetivos que plantea. Ahora bien, SERE admite que esta iniciativa constituye un paso relevante para poner en marcha un sistema de seguimiento y vigilancia del estado de los suelos europeos. Este posicionamiento se ha hecho público mediante un informe del que son coautores la investigadora del CREAF Pilar Andrés Pastor, especialista en ecología del suelo y su biodiversidad, y el investigador del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Catalunya Pere Rovira Castellà, edafólogo experto en carbono.

Para el presidente de SER Europe –el catedrático de Ecología e investigador de la Universidad de Alicante Jordi Cortina-Segarra–, el informe expresa que "la propuesta de Directiva no está a la altura de las expectativas, especialmente después del fracaso de la Directiva Marco del suelo de 2006, que fue retirada en 2014". El posicionamiento de SER Europe pone el acento en que la directiva no tiene en cuenta el conjunto de todas las amenazas que experimenta la tierra, y "no es lo suficiente ambiciosa para evitar que se siga degradando". Asimismo, se afirma que "siguen faltando instrumentos jurídicos eficaces” para contener la degradación. La investigadora Pilar Andrés recalca que la propuesta "deja particularmente desprotegida la biodiversidad de los suelos".

La trascendencia de un suelo sano estriba en que contribuye a absorber carbono de la atmósfera y es una de las garantías para la producción sostenible de alimentos.

La urgencia de restaurar los suelos

"Caracterizar los suelos es fundamental para protegerlos: es desesperanzador que la ambición de la propuesta de Directiva se quede en un estadio previo a pasar a la acción para una verdadera estrategia de proteccion y restauración"

La Directiva europea de vigilancia y resiliencia del suelo establece directrices para caracterizar el estado de salud de la tierra y su posterior seguimiento. Este texto legal sustituye la Ley europea de Salud del Suelo, largamente esperada por el sector ambiental y de la cual se esperaban "medidas urgentes para garantizar la restauración de los suelos degradados y la protección de los que sufren riesgo de degradación", en palabras de Pilar Andrés Pastor y Jordi Cortina-Segarra.

"Debemos ir más rápido y con más energía y decisión hacia una ley de protección del suelo realmente eficaz, para mitigar el cambio climático y adaptar el manejo de nuestros ecosistemas"

PILAR ANDRÉS PASTOR, investigadora del CREAF

El documento presentado por SER Europe incide también en la urgencia de lograr un marco legal efectivo para proteger y recuperar los servicios ambientales que prestan nuestros suelos, como requisito imprescindible para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo y para que la Unión Europea pueda satisfacer sus compromisos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Desde el punto de vista legal y de su aplicación, corresponde al Parlamento Europeo cursar esta propuesta de Directiva, igual como la Nature Restoration Law que está previsto aprobar en febrero de 2024.

Más allá de LUCAS

Desde la ciencia existen algunas reservas en torno a que la nueva Directiva perpetúe algunas limitaciones de la encuesta sobre las Áreas de cobertura y uso de la tierra (Land Use and Coverage Area frame Survey, LUCAS) de la Unión Europea. Este sondeo periódico ofrece datos sobre desafíos socioambientales muy sensibles, como el impacto de las infraestructuras o de la destrucción de ecosistemas y hábitats naturales, y sobre su incidencia en el equilibrio hidrológico y en la agricultura.

La ciencia muestra reservas sobre que la nueva Directiva perpetúe algunas limitaciones de la encuesta LUCAS de la UE, cuyos datos definen y suprvisan políticas europeas como la agrícola, la Estrategia de protección del suelo, la Estrategia sobre biodiversidad 2030, la Agenda 2030, la Acción por el clima, el Pacto Verde europeo y Copernicus.

Los datos proporcionados por LUCAS se utilizan para definir y supervisar políticas europeas como la agrícola, la Estrategia de protección del suelo, la Estrategia sobre biodiversidad 2030, la Agenda 2030, la Acción por el clima, el Pacto Verde europeo y también Copernicus, el programa de observación de la tierra, planificación espacial y gestión de recursos.

En cuanto a la utilidad de la encuesta europea para hacer seguimiento de la salud de los suelos, la investigadora Pilar Andrés Pastor afirma que "LUCAS ofrece una información limitada sobre componentes cruciales. En particular, la biodiversidad edáfica está incorrectamente abordada, y es un dato crucial para diagnosticar la capacidad del suelo de proveer los servicios ambientales que demanda la sociedad". La investigadora del CREAF considera insuficientes los indicadores con los que trabaja la encuesta europea LUCAS: "contemplan la diversidad microbiana de forma parcial y olvidan la red trófica que la nutre y la controla. Por otra parte, LUCAS solo mide los indicadores de biodiversidad en una parte de los puntos de la malla de muestreo, lo que haría el diseño del monitoreo manifiestamente insuficiente".

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