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Por qué es necesario leer la emergencia climática desde una mirada de género

Comunicación y Relaciones Internacionales

Adriana Clivillé Morató

Periodista con experiencia heterogénea en iniciativas de divulgación sobre cambio climático, biodiversidad, sostenibilidad, energías renovables, tecnología, territorio y su gestión con criterios ambientales. He trabajado para universidades, centros de investigación
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El papel clave de la mujer en un contexto de emergencia climática pasa por reconocer su función de cuidado y cohesión y su vulnerabilidad, entre otras muchas casuísticas, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo. El contexto es más crítico en los países en desarrollo económico, porque la pobreza, la falta de acceso a fuentes internacionales y nacionales de financiación, el hecho de no ser propietarias de las tierras agrícolas y la perpetuación de maneras de hacer no respetuosas (por citar algunas causas) complican la situación.

Las consecuencias del cambio climático hacen más complejo el día a día de las mujeres que, por sí mismo, ya es vulnerable y sensible.

Las consecuencias del cambio climático, por tanto, hacen más complejo el día a día de las mujeres, que por sí mismo es vulnerable y sensible: “en una población que ya es vulnerable, los episodios extremos como oleadas de calor y huracanes añaden una capa de problemas”, en palabras de Alicia Pérez-Porro, coordinadora científica del CREAF. Un ejemplo son las cifras del huracán Katrina en 2005, el ciclón tropical más mortífero de la historia de Estados Unidos, donde muchas mujeres murieron a causa de no saber nadar y de priorizar el cuidado de niños antes de la propia en la hora de huir.

Éste es el punto de partida de la reciente mesa redonda 'Mujer y calentamiento global: una mirada de género sobre la emergencia climática', organizada por el medio de comunicación elDiario.es en colaboración con Acciona. Además de Alicia Pérez-Porro han intervenido Mar Gómez –meteoróloga y divulgadora científica– y Marga López Rivas –investigadora de la Universidad de Cádiz y profesora de la Universidad Marta Abreu de Villas de Cuba–, en un acto moderado por Marta García, presidenta mundial de WWCOTY.

https://www.youtube.com/live/leC0vssgjgs?si=D0LjKeBeu3c9X0Cf

La necesaria garantía de educación de las niñas, los estudios científicos que vinculan calor con reacción violenta hacia las mujeres, los movimientos migratorios a causa de altas temperaturas y la aportación financiera del norte hacia el sur son algunos aspectos que se ponen en común en la conversación. El contexto de gran parte del debate es la evidencia científica, que hace hincapié en aspectos asociados a la emergencia climática como la preservación de la biodiversidad y en la necesaria conciencia de que no somos la única especie sobre la Tierra. "Debemos ir a votar teniendo en cuenta que el problema no afecta sólo a la especie humana, pero sí que somos la única que puede votar y escoger representación política comprometida en actuar", explica Alicia Pérez-Porro.

Migraciones y financiación

Más de 216 millones de personas podrían desplazarse dentro de sus países a 6 regiones del mundo hasta el año 2050, según la última edición del informe Groundswell del Banco Mundial.

Más de 216 millones de personas podrían desplazarse dentro de sus países a 6 regiones del mundo en 2050, según la última edición de la serie de informes Groundswell del Banco Mundial. Un aspecto que Marga López Rivas vincula en gran parte con el calentamiento global, aparte de conflictos bélicos, y que vuelve a tener un relevante sesgo de género. “En las zonas más desfavorecidas del planeta, las mujeres encaran cada día su propia subsistencia a tierras de baja fertilidad y escasos recursos hídricos. Tradicionalmente, son ellas las encargadas de recoger agua y abastecer al pueblo, pero la tarea se hace cada vez más difícil como consecuencia de las severas sequías”.

Por su parte, la meteoróloga Mar Gómez afirma que "la vulnerabilidad femenina irá creciendo a medida que disminuyan los recursos" y que "la situación puede empeorar en función de las decisiones que tomemos hoy. Aunque eliminamos los combustibles fósiles de un día para otro, la temperatura seguirá aumentando”.

“Debemos ir a votar teniendo en cuenta que el problema no afecta sólo a la especie humana, pero sí que somos la única especie que puede votar y escoger representación política comprometida con actuar."

ALICIA PÉREZ-PORRO, coordinadora científica del CREAF.

La Cumbre del Clima de Naciones Unidas de 2024 (COP29) que se celebra en noviembre de 2024 en Azerbaiyán tiene como uno de los hitos impulsar los recursos financieros y la voluntad política. "El fondo inicial de 100.000 millones de dólares deberá aumentarse para hacer frente a las actuaciones más urgentes en países sin recursos", señala Alicia Pérez-Porro.

Las tres ponentes coinciden en que la acción política cuenta ya con la información por parte de la ciencia, con ejemplos como el reciente grupo de trabajo de 50 voces científicas anunciado por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aparte de instrumentos como los informes del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), los informes de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) y el informe Groundwell del Banco Mundial, entre otros muchos.

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