Qué está en juego en la COP16 para proteger la vida en la Tierra
La trascendencia de la COP16 –la conferencia mundial de Naciones Unidas sobre biodiversidad que comienza esta semana en Cali (Colombia)– está estrechamente ligada a los acuerdos históricos del Kunming-Montreal Global Biodiversity Framework (GBF) firmados en la anterior edición, hace ahora dos años. En la 16a. cumbre mundial sobre biodiversidad que se celebra de 21 de octubre a 1 de noviembre 2024, representantes de 196 países deben establecer cómo pasar a la acción para proteger la vida en la Tierra, con el foco puesto en preservar y proteger la naturaleza . “La COP16 de 2024 debe establecer las reglas del juego y justamente por eso es clave, teniendo en cuenta el éxito que supuso firmar los compromisos históricos en 2022 en la COP15”, explica Alicia Pérez-Porro, responsable de Policy engagement y relaciones institucionales del CREAF, que asiste a la COP16 junto con una delegación del centro.
El CREAF y la COP16
La actividad científica del CREAF está directamente vinculada con varios objetivos de la 16a. Conferencia de las partes de Naciones Unidas que se celebra en Colombia y, por eso, se ha desplazado un equipo de profesionales del centro con perfiles diversos. Existen dos grandes razones por las que el CREAF tiene una presencia activa en esta cumbre mundial. La primera, porque su equipo está involucrado en proyectos científicos (como RESPIN) e iniciativas internacionales sobre biodiversidad (como la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, IPBES) y, la segunda, porque como centro público da soporte científico especializado en biodiversidad en varios gobiernos y representantes gubernamentales. En el segundo apartado, en la COP16 el CREAF asesora en temas científicos sobre biodiversidad a la organización internacional de gobiernos subnacionales Regions4 y también a la consejería de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica del gobierno de la Generalitat de Catalunya.
Agenda de negociaciones de la COP16 en la que el CREAF tiene una implicación activa:
Definir metodologías de monitorización y seguimiento de los acuerdos del Kunming-Montreal Global Biodiversity Framework.
El investigador del CREAF Lluís Brotons es uno de los 80 especialistas de todo el mundo integrantes del grupo de trabajo de escenarios y modelos del IPBES, la organización que recibió el mandato de la Convention on Biological Diversity de estructurar las metodologías de monitorización y seguimiento de preservación de la biodiversidad. El reto es el consenso entre países de poner en práctica estos acuerdos, a menudo infracumplidos a pesar de las advertencias de la ciencia sobre el estado de conservación de la naturaleza. La COP16 quiere ser diferente y se espera que los gobiernos presenten sus hojas de ruta conocidas como National Biodiversity Strategies and Action Plan.
Asesoramiento científico al gobierno de la Generalitat de Catalunya.
Si bien lógicamente el gobierno catalán dispone de una agenda propia en la cumbre mundial de biodiversidad de Colombia, existen varios puntos de confluencia con la actividad que desarrollará el CREAF. De entrada, la colaboración se estructura a partir del proyecto científico Respin, las reuniones y contactos vinculados con la Mediterranean Climate Alliance Partnership impulsada por los gobiernos catalán y californiano y presentada en la COP28 de 2023, además de varios eventos y reuniones con colaboradores y contactos internacionales.
Respin i BioAgora o com romper las barreres entre ciencia y acción política.
En la COP16 se celebra un taller de alcance subnacional que forma parte del proyecto europeo de investigación Respin (Reforzamiento innovador de las interfaces ciencia-política para aumentar la efectividad e interconexión de las políticas de biodiversidad y clima) en el que toman parte representantes del gobierno de la Generalitat de Catalunya y está liderado por el Instituto Humboldt de Colombia. La convocatoria busca contestar cuáles son las limitaciones que impiden aplicar criterios científicos en las políticas públicas sobre cambio climático y biodiversidad.
Respin identifica barreras que limitan la transferencia de información científica ya existente (como la generada por IPBES e IPCC) en las políticas públicas de cambio climático y biodiversidad. Es interesante remarcar que también quiere localizar qué limita la coherencia entre que las políticas públicas sobre cambio climático y sobre biodiversidad sean más coherentes y vayan más a una, y cómo trabajar más conjuntamente para evitar los espacios estancos. Lluís Brotons y Alicia Pérez-Porro del CREAF son investigadores principales de este proyecto.
Desde el proyecto también se tomará parte en un evento paralelo convocado en el pabellón de la Comisión Europea, que es un espacio monográfico sobre ciencia para las políticas públicas. En este espacio, la CE presentará resultados de los proyectos COP4CBD, BioAgora, Respin y Biodiversa+, con participación del CREAF. Asimismo, el CREAF también representará el proyecto BioAgora, un proyecto muy orientado a acciones concretas para que el conocimiento científico llegue a la toma de decisiones y que está liderando, entre otras acciones, un centro de servicios científicos por la biodiversidad capaz de responder preguntas rápidas procedentes de la CE. En este contexto, el centro ya participó en un informe que respondía a la duda de qué hacer con la madera muerta de los bosques desde la óptica de la conservación o promoción de la biodiversidad.
Asesoramiento científico en Regions4, organización internacional de gobiernos subnacionales.
La red de gobiernos sub nacionales Regions4 juega un papel de catalizador en las COP, porque no interviene como miembro acreditada, un rol reservado a los gobiernos nacionales. Regions4 es entidad observadora. Ahora bien, su participación activa es relevante debido a que son los gobiernos subnacionales los que aplican sobre el terreno las políticas tanto de biodiversidad como de clima. En este caso, el CREAF actúa como asesor científico en el ámbito concreto de la biodiversidad.
Mediterranean Climate Action Partnership, MCAP.
Como representante científico público asesor de la Generalitat de Catalunya, el CREAF acompaña al gobierno en todo lo relativo al partenariado de países con clima mediterráneo Mediterranean Climate Alliance Partnership, que está presente en la COP16.
El alto componente científico de una COP
Un último motivo de gran peso por el que un centro como el CREAF interviene en la cumbre mundial de biodiversidad estos días en Colombia radica en "el componente científico innegable de los retos ambientales globales que se debaten", en palabras de Alicia Pérez-Porro . Y tener en cuenta este elemento es necesario tanto para entender lo que está ocurriendo en cambio climático y la consecuente pérdida de biodiversidad, como para evaluar las consecuencias de la inacción. Es decir, "la base científica es relevante, tanto para entender y alertar sobre qué ocurre si la temperatura sigue subiendo, como para diseñar soluciones eficientes", explica Pérez-Porro.
Ahora bien, la ciencia no es la única disciplina que debe informar los procesos de diseño de políticas públicas, sino que también juegan un papel la economía y las ciencias sociales, por nombrar tan sólo un par. “Además, la ciencia debe estar representada en estas convenciones no sólo mediante entidades oficiales como el IPBES o el IPCC que informan procesos internacionales, sino mediante asesoramiento científico de las delegaciones gubernamentales, con ONG con capacidad de influencia como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), con grupos específicos como las comunidades indígenas que en la COP de biodiversidad tienen un gran peso y una agenda paralela para albergar temas y empujar soluciones, por ejemplo”, detalla la responsable de ciencia y políticas públicas del CREAF.
El equipo del CREAF presente en la 16a. Conferencia de organizaciones de Naciones Unidas 2024 lo integran, además de Alicia Pérez-Porro, el director del centro, Joan Pino Vilalta; el investigador principal del proyecto Respin y miembro de uno de los grupos de trabajo del IPBES Lluís Brotons; el investigador y representante científico del Observatorio del patrimonio natural y la biodiversidad Daniel Villero, así como Anna de las Heras Carles, miembro del equipo del proyecto Respin.
De forma gráfica, Pérez-Porro dibuja las COP como capítulos de una secuencia continuada: "En una COP no se arregla el mundo, sino que se avanza", concluye.