01/05/2018 Opinión

Si no puedes tener agua, no te hará falta

Investigador/a sénior

Jaume Terradas Serra

Nacido en Barcelona, ​​1943. Es catedrático honorario de Ecología de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​después de haber sido catedrático emérito. Organizó el primer equipo de investigación sobre ecosistemas terrestres
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Los problemas de abastecimiento de agua para Los Ángeles y su área urbana (más de 18 millones de personas) vienen de hace tiempo. A principios del s. XX se desecó el valle del Owens en medio de grandes intereses económicos, que inspiraron la película Chinatown.

Chinatown
Fotograma de la película de 1974 del controvertido director polaco Roman Polansky. A la fotografia, el detective J.J. Gates interpretado por Jack Nicholson.

En Chinatown (1974), el célebre film noir de Roman Polansky que una encuesta realizada por The Guardian consideró como el mejor filme de la historia hace cinco años (valoración que no comparto, aunque se trata de una gran película), el protagonista (Jack Nicholson) es un detective a quien, en 1937, una mujer le encarga una investigación sobre quien dice que es su marido, que es el responsable de los servicios de abastecimiento de agua en Los Angeles. Esta persona aparece asesinada y el detective conoce a la verdadera esposa del fallecido. La razón de fondo del crimen radica en que el muerto ha descubierto manipulaciones para desviar caudales importantes de agua de la red pública. El título original del guión era Agua y Poder. Quienes desviaban el agua habían comprado previamente grandes terrenos con los que se podía hacer una fortuna si se podían regar.

El agua es, en efecto, muy importante en California, y en Los Angeles en particular. En un país sediento, esto es fácil de entender. Y también explica que el 96% de las antiguas zonas de humedales de California hayan sido destruidas para hacer cultivos... es más difícil entender que también lo hayan sido, en parte, para construir, pero es lo que ha pasado allí y en muchos otros lugares, como en nuestro delta del Llobregat o en la huerta de Valencia.

William_Mulholland
Retrato del ingeniero civil William Mulholland con un instrumento topográfico, entre 1908 y 1913. Autor: James W. Bledsoe (Dominio Público)

El personaje asesinado en el filme está basado en un ingeniero, William Mulholland, que fue responsable de las canalizaciones que llevaron agua potable a Los Angeles, obras que fueron el detonante de lo que se conoce como ‘las guerras del agua’ de California entre los pequeños agricultores de los huertos de Owens, los terratenientes ganaderos y los políticos, muchos de ellos corruptos, del municipio de Los Angeles, pero a Mulholland no lo asesinaron. Había un proyecto importante de riego en el valle de Owens, a principios del siglo XX, pero el alcalde Eaton de Los Angeles compró, en 1905, a título personal, los derechos del agua y luego los cedió a la ciudad. Mintió a la gente del valle, prometiéndoles que sólo se enviarían a la ciudad los excedentes. La disputa llegó al presidente Roosevelt, que apoyó a Los Angeles en contra del valle.

Los habitantes de Los Angeles, que pasaron de 100.000 a 320.000 entre 1900 y 1910, no fueron informados de que el agua del Owens primero se llevaría a regar el valle de San Fernando, que no formaba parte del municipio. Como había una norma que prohibía vender el agua de la ciudad sin la aprobación de 2/3 de los votantes, lo que se hizo fue anexionar gran parte del valle de San Fernando al municipio de Los Angeles. Esto permitió, además, elevar el límite de deuda de la ciudad, lo que sirvió para financiar el acueducto. Un grupo de amigos de Eaton con propiedades en el valle de San Fernando, que gozaban de información privilegiada, contribuyó a generar el sentimiento de necesidad del acueducto, desviando agua de los embalses al alcantarillado para inducir una sequía artificial, y montó una campaña en los medios de comunicación. Todo esto claramente inspira el filme de Polansky, aunque éste no tiene ninguna intención de ser histórico. En 1913, Mulholland, que había sido compañero de trabajo y era amigo de Eaton, y que dicen que pronunció la frase que da título a este capítulo (“si no puedes tener el agua, no te hará falta”, que significaba que si Los Angeles no obtenía agua, no habría ciudad), inauguró finalmente el acueducto que desvió el río Owens hacia la ciudad y dejó al valle de Owens sin agua. Era una obra colosal, con 164 túneles. Entre 1905 y 1925, la mayoría de propietarios del valle vendieron las tierras al Ayuntamiento de Los Angeles, a un precio bajo. En 1924, hubo un intento de los agricultores de derribar el acueducto pero fallaron y el lago de Owens se secó del todo. El banco Inyo County quebró en 1927, arruinando a mucha gente del valle, y eso terminó con su resistencia. En 1928, Los Angeles ya poseía el 90% de los derechos del agua y la agricultura del valle de Owens había muerto. En 1972, se empezó a bombear agua freática de Owens y murió incluso parte de la vegetación natural. Después de negociaciones y de muchas dilaciones por parte de la ciudad, en 2006 se restauró el paso de agua al valle, pero no se ha interrumpido el bombeo del acuífero y el valle tiende a la desertificación.

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El acueducto recibió diversos ataques con dinamita durante la década de los años 20 por parte de agricultores del valle de Owens. Fuente: Los Angeles Times

Desde los años 1930s, la ciudad ya compraba derechos de un valle más arriba, el del lago Mono. En 1978, se creó una comisión para proteger este lago, ya que la degradación ambiental era evidente y el nivel del lago había bajado 7,6 m por debajo del que tenía en 1941. Se llegó a un acuerdo para hacer subir el nivel 6,1 m que todavía no se ha cumplido del todo.

Un documental reciente, Water and power: a California heist (2017), de Marina Zenovitch, explica cómo, después de 1990, algunos señores con grandes intereses agrícolas en el valle de San Joaquin se hicieron con el control del agua, dejando algún pueblo sin ni agua para beber. Una versión moderna de lo que explicaba Chinatown...

En 1928, a Mulholland se le cayó el embalse de St. Francis, parte de la infraestructura de abastecimiento, y hubo unos 450 muertos, sólo unas horas después de que él y su ayudante hubieran hecho una inspección que consideraron satisfactoria. Aunque no hubo sentencia en su contra en el juicio, esto acabó con su carrera. Su figura es controvertida: estableció el principio de propiedad pública del agua en California e hizo mucho por la ciudad, pero su actuación dio lugar a conflictos y cometió, además del último, errores muy graves. Sin embargo, su nombre aparece en diferentes calles, autopistas e instituciones. El más conocido es Mulholland Drive, en Los Angeles, que da nombre a un filme de David Lynch de 2001 muy celebrado por la crítica.

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Vista en dirección norte del valle de Owens. Autor: Marty Bower (CC BY-SA 2.0)

Eaton y Mulholland quisieron que Los Angeles fuera una gran ciudad. Contaban con el petróleo descubierto en 1892, que haría que tres décadas después, Los Angeles fuera la ciudad desde donde se comercializaba 1/4 del petróleo del mundo. Y, aunque eso no lo podían prever, luego apareció la industria del cine. Después de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad creció mucho hacia el valle de San Fernando. El censo de 2010 sumaba casi 3,8 millones, pero el área metropolitana y el Gran Los Angeles sumaban 13 y 18 millones respectivamente.

El caso de las guerras del agua entre Los Angeles y Owens no es más que una pequeña muestra de un hecho general: los conflictos por el agua han sido, son y serán muy importantes en el mundo. Las necesidades de agua dulce en buenas condiciones aumentan muy deprisa y las disponibilidades, no. Pekín, una de las ciudades con más problemas de abastecimiento, bombea tanta agua del subsuelo que empieza a hundirse. Ciudad del Cabo está, en el momento que escribo, muy cerca de una quiebra general del abastecimiento. Bogotá depende de glaciares que están desapareciendo. Los humanos ya han hecho guerras por el agua y harán más.

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