Un suelo sano es imprescindible para alcanzar la soberanía alimentaria
Más del 90% de los terrenos agrícolas de la Tierra estén degradados en 2050, según el reciente artículo ‘Detengamos la erosión del suelo para garantizar la seguridad alimentaria en el futuro’ publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Un suelo degradado es infértil y puede llegar a reducir su rendimiento agrícola gravemente. Recuperar la fertilidad de los terrenos degradados es, por tanto, esencial para que una región se dirija hacía una mayor soberanía alimentaria.
Las principales actividades humanas responsables de la pérdida de valor del suelo son el sobrepastoreo, la agricultura intensiva y la deforestación.
Los métodos agrarios tradicionales suponen un trabajo constante e intensivo en el suelo.
Los métodos agrarios tradicionales suponen un trabajo constante e intensivo en el suelo: emplean grandes parcelas de monocultivos, que agotan los nutrientes de la tierra, utilizan maquinaria y procedimientos dependientes del petróleo y la industria agroquímica que, además de contaminar, empobrecen la biodiversidad y eliminan gran parte de la cubierta vegetal, cuyas raíces previenen la erosión del suelo.
Una alternativa a la práctica agraria y ganadera convencionales, que generan este desgaste, es la agricultura regenerativa, basada en recuperar la fertilidad propia de suelo y aumentar su capacidad de producir alimentos de una forma sostenible. Este tipo de agricultura ayuda a crear y mantener las condiciones de hábitat para el funcionamiento de un suelo sano, enriqueciendo el contenido de materia orgánica y favoreciendo su porosidad y su capacidad de retención del agua. Al contrario que la convencional, no requiere labrar el suelo con tractores de gran potencia y evita el uso de insecticidas, fungicidas y fertilizantes químicos que provocan dependencia hacía las grandes multinacionales.
La agricultura regenerativa, se basa en recuperar la fertilidad propia de suelo y aumentar su capacidad de producir alimentos de una forma sostenible
Un suelo saludable es un sistema vivo
El contenido de materia orgánica, la capacidad de retención de agua y la riqueza de biodiversidad son indicadores de un terreno fértil. Un suelo sano es, por tanto, un ecosistema vivo y dinámico donde gran variedad de plantas, microorganismos, insectos y vertebrados interaccionan entre ellos, a la vez que enriquecen el contenido de materia orgánica y nutrientes de la tierra. Un suelo saludable, además, contribuye a la mitigación del cambio climáticoporque es capaz de almacenar más carbono que un suelo infértil.
Un suelo sano es, por tanto, un ecosistema vivo y dinámico donde gran variedad de plantas, microorganismos, insectos yvertebrados interaccionan entre ellos, a la vez que enriquecen el contenido de materia orgánica y nutrientes de la tierra.
El suelo degradado pierde biodiversidad y materia orgánica, absorbe menos agua y tiene menor capacidad para retener nutrientes. Un país que no disponga de un terreno fértil no es capaz de producir alimentos, ni de decidir políticas agrarias y alimentarias propias. Apoyar proyectos de agricultura sostenible es un paso indispensable para recuperar la fertilidad perdida y avanzar hacía una mayor soberanía alimentaria.
El proyecto Polyfarming, ejemplo de agricultura regenerativa
La recuperación de un suelo degradado para hacerlo evolucionar hacia a un terreno fértil es el objetivo del proyecto piloto Polyfarming, co-financiado por el programa LIFE de la Comisión Europea y liderado por el CREAF. El propósito de esta iniciativa que se lleva a la práctica en la granja Les Planeses de La Garrotxa (Girona, Cataluña) es “demostrar que la agricultura y la ganadería son grandes aliadas para recuperar un suelo vivo”, según explica Marc Gràcia, su coordinador científico.
En el proyecto se aprovechan los recursos del bosque, el ganado y los cultivos de la granja, a modo de una economía circular. Polyfarming propone alternativas como el pastoreo intensivo programado con vacas y los corrales móviles de pollos, que contribuyen a fertilizar el suelo, a la vez que permiten al ganado disfrutar de pasto fresco cada día. Una manera de “tener en cuenta la relación entre planta y animal”, en palabras de Marc Gràcia. Además, se utilizan los recursos del bosque, como el biochar, el BRF o los biofertilizantes “no sólo mejoran la fertilidad, sino que absorben y retienen mejor el agua y secuestran carbono atmosférico en el suelo”.
En el proyecto se aprovechan los recursos del bosque, el ganado y los cultivos de la granja, a modo de una economía circular.
El proyecto piloto en Les Planeses empezó en 2016 y ya se observan resultados en la fertilidad del terreno. “El sistema productivo actual no hubiese tenido ninguna posibilidad. Comenzamos el proyecto hace unos años y ya estamos observando un aumento en la fertilidad de la tierra”, afirma su coordinador científico. Uno de los objetivos es incrementar el doble el contenido de materia orgánica del suelo y pasar del 2% inicial al 4% al final del proyecto en 2021.
No podemos hablar de soberanía alimentaria si no es un modelo que permita alimentar a toda la población de manera asequible.Para conseguirlo, los cambios en el sistema de producción van ligados a nuevos hábitos alimentarios y a una nueva manera de comprar.
Pero no podemos hablar de soberanía alimentaria si no es un modelo que permita alimentar a toda la población de manera asequible. Para conseguirlo, los cambios en el sistema de producción van ligados a nuevos hábitos alimentarios y a una nueva manera de comprar. De acuerdo con Marc Gràcia, “el valor de la agricultura regenerativa es que permite una producción local y sostenible que ofrece productos de temporada, nutritivos, producidos con técnicas que permiten secuestrar CO2 en el suelo, además de mejorar la economía local”.
¿Qué puedes hacer tú?
Los productos que proceden de la agricultura orgánica y ecológicos, son los que cumplen las certificaciones gubernamentales pertinentes, pero son más permisible desde un punto de vista ambiental frente a la agricultura regenerativa, que es también ecológica, pero hace énfasis en la salud del suelo y en el secuestro de carbono en la tierra para mitigar el cambio climático.
Hoy en día, se puede optar por un consumo responsable y ayudar a mantener un suelo fértil con nuestra forma de alimentarnos. Existen multitud de iniciativas locales que venden sus productos a través de cooperativas ecológicas o de plataformas on-line. Por ejemplo, la Carne de Pasto proporciona información sobre productores que elaboran carne de pasto a nivel nacional. En Catalunya podemos explorar Espai i Seny, una iniciativa que fomenta el consumo local y ecológico.
Hoy en día, se puede optar por un consumo responsable y ayudar a mantener un suelo fértil con nuestra forma de alimentarnos.
Para profundizar en el concepto de agricultura regenerativa, se puede visitar la web de Agricultura y Ganadería Regenerativa. Polyfarming también ofrece recursos divulgativos en su web para conocer qué es este tipo de agricultura y cómo aplicarla a nivel de finca.