11/03/2022 Noticia

Erizo a la fuga

Responsable de comunicación social

Verónica Couto Antelo

Técnica de Comunicación del CREAF desde 2016. Apasionada del mundo natural y su divulgación. Bióloga (UB), máster en comunicación científica (BSM-UPF) y estudiante Humanidades (UOC).
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Los erizos de mar son animales herbívoros, claves en la red trófica del fondo marino. Van pastando intensivamente y mantienen estos ecosistemas en estadios de sucesión primaria, como si fuera un bosque submarino abierto y bajo. De hecho, podrían recordarnos a las vacas u ovejas en los sistemas terrestres. En general, estos desplazamientos que van haciendo son lentos e impredecibles. Se lo toman con calma. En cambio, son capaces de oler un depredador y activar una huida precipitada, según un estudio reciente publicado en la revista BMC Movement Ecology. La trayectoria que hacen es como la de una bala: ¡recta, rápida y siempre dirigida! 

Los resultados son relevantes para la gestión y planificación de algunas zonas marinas donde vive el erizo, como podrían ser las islas Medas en Catalunya.

«Hasta ahora sabíamos que los erizos podían reaccionar a diferentes estímulos químicos y también lumínicos en el medio marino. Por ejemplo, cuando los erizos de mar perciben el olor de un depredador o de otro erizo herido, reducen su actividad y prácticamente no se mueven de sus refugios. Ahora bien, todavía no se sabía cómo de rápida era la reacción al estímulo químico, ni cómo se traducía en sus movimientos en caso de no poder esconderse», explica Jordi Pagès, primer autor del artículo e investigador de la Universidad de Barcelona. Estos resultados, explica el autor, son relevantes para la gestión y planificación de algunas zonas marinas donde habita el erizo: «Por ejemplo, en zonas protegidas como las islas Medes, donde hay más depredadores, los erizos de mar prácticamente no se atreven a abandonar sus refugios, lo que provoca que las poblaciones de algas sean muy abundantes. En cambio, un kilómetro más allá, en la costa del Montgrí, donde las poblaciones de depredadores son mucho menos abundantes, los erizos de agua se aventuran más fuera de sus refugios y pueden consumir totalmente las poblaciones de algas». 

Pero... ¿los erizos caminan?  

El equipo de investigación, entre el que se encuentra en Frederic Bartumeus del CREAF y el CEAB-CSIC, han estudiado en el laboratorio todos los movimientos de una especie concreta de erizo, Paracentrotus lividus. Para entender cómo huelen a sus depredadores y se mueven en respuesta —durante minutos o, incluso, ¡horas!—, se expusieron algunos individuos a su depredador Hexaplex trunculus, el caracol de mar. Según los resultados obtenidos, sin el olor a caracol, el erizo continúa moviéndose de manera aleatoria, sin una dirección definida. En cambio, el miedo ante el caracol activa una respuesta única para huir, el movimiento balístico. Aún más concretamente, ¡pueden llegar casi al doble de velocidad que cuando están tranquilos! 

Muchas personas no esperan que un erizo haga nada interesante más allá que moverse por el fondo marino, pero este estudio desvela que realmente anticipan el depredador, que les genera mieod y que eso puede hacer variar las dinámicas depredador-presa del ecosistema bentónico.

FREDERIC BARTUMEUS, investigador del CREAF y del CEAB-CSIC.

Los erizos de mar están recubiertos por espinas, pero entre medio de ellas, en la parte inferior del cuerpo, presentan unas ventosas que les permite irse adhiriendo al suelo y "caminar". Son los pies ambulacrales. No obstante, se trata de extremidades similares a las de los animales terrestres, sino que forman parte de todo un sistema de tubos y cámaras (el sistema ambulacral) que recorren el interior del cuerpo del erizo. Este aparato ambulacral está formado por agua marina en circulación, que se mueve gracias a la musculatura, y facilita que entre agua con alimento y salga agua con las sustancias de desecho. Y, sobre todo, cuando la situación lo requiere, les permite llenar bien los pies ambulacrales y ¡transformarse en un erizo a la fuga! 

Erizo del experimento sometido a la proximidad del caracol de mar, su depredador.

Artículo de referencia

Pagès, J.; Bartumeus, F.; Romero, J.; Alcoverro, T.«The scent of fear makes sea urchins go ballistic». BMC Movement Ecology, octubre de 2021. Doi: 10.1186/s40462-021-00287-1

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