03/02/2015 Noticia

Identifican los 13 mayores retos científicos para resistir al cambio global en la región mediterránea

Técnico/a de comunicación

José Luis Ordóñez García

Soy biólogo (UAB, 1995) y doctor en biología (UAB, 2004). Entré en el CREAF en 1996, como técnico de campo y laboratorio del Inventario Ecológico y Forestal (IEFC).
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Los científicos consideran clave comprender por qué las sequías están matando últimamente tantos árboles y cómo influye la historia local del bosque en esta mortalidad. También advierten de que sabemos muy poco acerca de los efectos conjuntos de las diferentes perturbaciones sobre cada ecosistema, y destacan la necesidad de plantear proyectos de investigación más duraderos y a gran escala.

Els ecòlegs ha d'afrontar 13 reptes perquè la Mediterrània resisteixi els efectes del canvi global
Els ecòlegs ha d'afrontar 13 reptes perquè la Mediterrània resisteixi els efectes del canvi global

Un equipo multidisciplinar de 28 investigadores (15 del CREAF) ha evaluado el progreso científico de los últimos 16 años en el estudio del cambio global en los ecosistemas terrestres mediterráneos, y ha identificado cuáles han de ser las prioridades inmediatas de investigación para lograr que nuestros ecosistemas sean más resistentes a los efectos negativos de este fenómeno.

Así, los autores del artículo, que ha sido  publicado en la revista Global Ecology and Biogeography, llegan a la conclusión de que la ciencia tiene por delante trece retos que afrontar y tres aspectos fundamentales a tener en cuenta.

Ya no es suficiente con estudiar las diferentes modificaciones que estamos provocando en el ecosistema (el cambio climático, los cambios en el régimen de incendios, la pérdida de biodiversidad, etc.) como si fueran cajas cerradas.

Es necesario invertir esfuerzos en “comprender cómo cada una de esas cajas interacciona con otras cajas”, afirma Enrique Doblas, investigador del CREAF. Y pone un ejemplo: “La sequía puede provocar erosión en el suelo, pero la erosión que estamos encontrando no se explica si no añadimos a esa sequía todos los cambios de uso del suelo de los últimos 50 o 60 años.”

En segundo lugar, los datos recogidos a pequeña escala suelen generar demasiado error cuando intentamos utilizarlos para predecir los efectos del cambio global a gran escala. Para revertir esta situación, los autores del artículo proponen mejorar las redes de intercambio de datos entre investigadores y plantear experimentos de larga duración y a escalas regionales o incluso globales.

Y en tercer lugar, el artículo insiste en la importancia que tiene la historia local del ecosistema en la manera en que éste es capaz de responder al cambio global y, en especial, a los efectos cada vez más importantes de las sequías. “Del mismo modo que no te recuperas igual de una infección si es la primera o la segunda vez que la padeces, dos ecosistemas pueden parecer idénticos y no serlo en absoluto por la historia que han vivido”, aclara Doblas.

La siguiente tabla recoge la lista de 13 retos científicos, organizada bajo el paraguas de cinco grandes preguntas:

13 nuevos retos que sustituyen los 25 retos propuestos por Sandra Lavorel en el 1998

Para identificar estos trece retos, los investigadores no han partido de cero, sino que han analizado el grado de cumplimiento de los retos planteados hace 16 años en un artículo similar, publicado en la misma revista por la científica Sandra Lavorel. De aquellos 25 retos planteados en 1998, nueve se han superado con éxito y tan sólo dos permanecen sin ninguna respuesta. A los catorce retos restantes (la mayoría), únicamente hemos podido responder en parte (ver tabla siguiente).

Los autores han escrito el artículo en el marco del proyecto MONTES-Consolider (CSD2008-00040), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. En su redacción han participado investigadores del CREAF, la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universidad de Granada, el Centre Tecnològic i Forestal de Catalunya (CTFC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Castilla-La Mancha, el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), la Universidad Rey Juan Carlos I, la Universidad de Macquarie (Australia), el Institut de Diagnosi Ambiental i Estudis de l’Aigua del CSIC y la Universidad Carlos III de Madrid.

Artículo:

Doblas-Miranda, E., Martínez-Vilalta, J., Lloret, F., Álvarez, A., Ávila, A., Bonet, F. J., Brotons, L., Castro, J., Curiel Yuste, J., Díaz, M., Ferrandis, P., García-Hurtado, E., Iriondo, J. M., Keenan, T. F., Latron, J., Llusià, J., Loepfe, L., Mayol, M., Moré, G., Moya, D., Peñuelas, J., Pons, X., Poyatos, R., Sardans, J., Sus, O., Vallejo, V. R., Vayreda, J. and Retana, J. (2015), Reassessing global change research priorities in mediterranean terrestrial ecosystems: how far have we come and where do we go from here?. Global Ecology and Biogeography, 24: 25–43. doi: 10.1111/geb.12224

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