Innovar con bosques urbanos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El proyecto Erasmus+ Uforest quiere que las ciudades de Europa se llenen de árboles y contribuir a resolver los desafíos socio-ambientales desde la sostenibilidad. Pero esta no es una tarea fácil. Hacen falta soluciones innovadoras para planificar, diseñar, implementar y mantener bosques urbanos. Además, es clave mantener una perspectiva interdisciplinaria que englobe la dimensión social, ecológica, cultural y económica de estos bosques para aprovechar el potencial de los árboles en las ciudades. Este mes de setiembre, un equipo liderado por el CREAF y la UAB ha publicado el informe EU Innovation Blueprint: Analysing factors influencing innovation within Urban Forestry, que desvela el camino de la innovación en silvicultura urbana.

El informe incluye un análisis de 20 casos de estudio europeos de iniciativa pública y privada. Dichos casos destacan por su capacidad para abordar los retos de la urban forestry y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de forma innovadora, integrando áreas tan diferentes como la planificación urbana, la ecología forestal, la socioeconomía o las tecnologías de la información y la comunicación.

Según el modelo DPSIR adoptado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, todo proceso, resultado o actitud creativa ante un problema –es decir, toda innovación– parte de un conflicto que funciona como una fuerza impulsora. Con esta premisa, el informe identifica los siete grandes retos de la silvicultura urbana como motores de la innovación: factores de crecimiento, perjuicios, equidad social, gobernanza, financiación y desarrollo económico, vacíos formativos y vacíos de conocimiento y uso de la tecnología. Llevados a un contexto ecológico, social, cultural y económico de ámbito local, estos retos se convierten en trampolines a los ODS globales.

Oportunidades de innovación en silvicultura urbana

El estudio revela que un 90% de los casos ofrece soluciones para el reto de financiación y desarrollo económico, que abarca aspectos como la diversificación de fondos, la promoción de empleo y la bioeconomía forestal, el uso de sistemas de bajo coste o el desarrollo de capacidades profesionales. Sin embargo, queda pendiente saber cuál es el coste-beneficio de los servicios ecosistémicos que ofrecen. En el espectro más bajo, el reto de la gobernanza no obtiene tanta representatividad y deja margen para trabajar sobre cómo resolver tensiones y contradicciones entre diferentes grupos sociales urbanos. Además, ninguno de los casos resuelve perjuicios –los efectos negativos de los bosques urbanos– ni el problema de la expulsión social y la gentrificación verde, que se enmarcan dentro del reto de la equidad social. Por lo tanto, existe un gran potencial innovador en este sentido.

Con respecto a los ODS, el 100% de los casos responde al objetivo 15 –vida de ecosistemas terrestres–, ya que se dirigen a la plantación de árboles, la conservación de la biodiversidad, la gestión sostenible de bosques, la restauración de suelos degradados o la eliminación de especies vegetales exóticas. Además, muchos de ellos abordan aspectos de la justicia ambiental, como la accesibilidad a los espacios verdes y la sensibilización sobre la crisis climática (ODS 11 –ciudades y comunidades sostenibles– y ODS 13 –acción por el clima). Quedan a la cola los ODS 2, 3, 4 y 6, orientados a abordar el hambre cero, el agua limpia y la sanidad, la educación de calidad y la salud y el bienestar, respectivamente. Además, no se identificó ningún caso que respondiera a los ODS 1, 5, 7, 10, 14, 16 y 17, lo que deja una puerta abierta para explorarlos.

Por último, se observa que la innovación en silvicultura urbana ocurre sobre todo de forma incremental. Es decir, la mayoría de los casos realiza pequeñas mejoras a soluciones o ideas ya existentes para adaptarlas a las circunstancias específicas de cada contexto. Esto abre un abanico de posibilidades para desarrollar procesos, resultados y actitudes innovadoras de tipo complementario, radical o disruptivo. 

Este informe ayuda a situar la Urban Forestry como una disciplina de futuro, identificando las oportunidades y restricciones para desplegar nuevas iniciativas y definiendo los procesos de innovación que llevan a materializarlas.

JOAN PINO VILALTA, director del CREAF

La nueva Urban Forestry

Actualmente, el proyecto Uforest está a punto de dar el pistoletazo de salida a un programa formativo teórico-práctico desarrollado por las 4 universidades participantes: la UAB, la TCD, la UNITBV y POLIMI. Esta formación está destinada a capacitar a la siguiente generación de silvicultores urbanos: profesionales que sean capaces de atender los retos multidimensionales de las ciudades con una de las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) más versátiles, el bosque urbano.

Tras completar 2 cursos en línea y 1 programa de innovación, la nueva hornada de urban foresters tendrá los conocimientos y habilidades necesarias para promover la transición verde de las ciudades de forma creativa, transversal y científicamente rigurosa.