
El coipú tiene una alta fecundidad, así que cuando llega a zonas con un clima lo suficientemente favorable y con alimento, como ha encontrado en Catalunya, es poco probable que se detenga su expansión.
El coipú es un roedor que fue introducido en Catalunya a principios del siglo XX y que, desde los años 2000, está avanzando desde el este del territorio. Ahora, se han detectado algunos especímenes en el río Congost por primera vez y en la Tordera, tras un par de décadas desaparecido, tal y como han podido verificar nuestros expertos y expertas en especies invasoras. Esto indica que la expansión está a las puertas de la región metropolitana de Barcelona y las predicciones apuntan a que acabará entrando. Desgranamos las claves de esta invasión.
El coipú (Myocastor coypus) es un animal que recuerda a un castor o a una rata acuática de gran tamaño; es originario de América del Sur y se está expandiendo por toda Europa desde que fue introducido para su cría con el objetivo de aprovechar su piel, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En Catalunya, se fueron documentando fugas desde estas granjas a partir de los años 70, pero una nueva fuente de coipús procedente de Francia ha sido clave en la actual invasión. Llegaron en dos incursiones: desde la Vall d'Aran y desde l'Empordà; la primera parece estar frenada por las bajas temperaturas, pero por el Empordà han encontrado un camino más favorable. Los puntos clave de este éxito son el clima suave y el fácil acceso a alimentos. Su medio de transporte preferido para avanzar son los ríos, que utiliza como ruta de dispersión.
“El coipú tiene una alta fecundidad, así que cuando llega a zonas con un clima lo suficientemente favorable y con alimento, como ha encontrado en Catalunya, es poco probable que se detenga su expansión", explica Marc Riera, investigador del CREAF. Según el experto, “esta situación provoca que el coipú pueda extenderse por el litoral catalán, hasta Barcelona y más allá; ya hay algunas citas en la Comunidad Valenciana”.
Avisos a EXOCAT
El equipo de investigación en especies invasoras del CREAF, liderado por Joan Pino, coordina una red de seguimiento de especies exóticas e invasoras conocida como EXOCAT. Es una iniciativa del Departamento de Transición Ecológica que lleva funcionando varios años y que ha permitido recopilar numerosos datos sobre las invasiones en el país y ofrecer manuales e iniciativas para su gestión.
En lo que respecta al coipú, las bases de datos de EXOCAT cuentan con casi 150 observaciones en el último año, que se extienden principalmente por la provincia de Girona (donde se está llevando a cabo una intensa campaña de erradicación). A estas se suman también los recientes avistamientos del coipú en el río Congost y en la Tordera.
Pérdidas de biodiversidad autóctona
Aunque pueda parecer un roedor inofensivo, el coipú está teniendo un grave impacto sobre las zonas húmedas de todos los países a los que ha llegado, y por este motivo la conocida Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) lo ha incluido en la lista de las 100 especies exóticas más dañinas del mundo. En primer lugar, compite por recursos como el alimento o las madrigueras con los animales autóctonos que habitan en las zonas húmedas y que, a su vez, están en una situación de alta vulnerabilidad debido al cambio climático. En segundo lugar, provoca impactos en las especies vegetales de los lugares donde habita y en los cultivos cercanos, ya que se alimenta de la base de los tallos de las plantas y excava para llegar también a las raíces.
Desafortunadamente, una vez que una especie exótica se convierte en invasora en un territorio, su erradicación total es prácticamente imposible. Por ello, nuestros expertos insisten en la necesidad de apostar por una buena vigilancia y control de las especies potencialmente invasoras para evitar su llegada. Y es que debemos recordar que muchos animales han sido introducidos intencionadamente, como el propio coipú, que sigue avanzando hacia el sur.