31/10/2017 Noticia

“Invertimos mucho más tiempo en las publicaciones científicas que en hacer la ciencia accesible”

Responsable de comunicación social

Verónica Couto Antelo

Técnica de Comunicación del CREAF desde 2016. Apasionada del mundo natural y su divulgación. Bióloga (UB), máster en comunicación científica (BSM-UPF) y estudiante Humanidades (UOC).
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Rossella Guerrieri es doctora en Ciencias Forestales y Ambientales y está realizando un post-doctorado en el CREAF desde 2016. Sus proyectos se relacionan con los ciclos naturales de los bosques y es una firme defensora del impacto social de la ciencia.

La investigadora Rossella agafant testimonis de fusta de l'arbre tuliper Liriodendron tulipifera a Morgan Monroe (Indiana, EUA). Autora: Rossella Guerrieri.
La investigadora Rossella cogiendo testimonios de madera del árbol tulipanero Liriodendron tulipifera en Morgan Monroe (Indiana, EUA). Autora: Rossella Guerrieri.

Haciendo un repaso a tu currículum me veo obligada a preguntártelo… ¿Cuentas con un proyecto financiado por la NASA?

Suena curioso, pero sí, ellos también se interesan por los temas forestales. Durante tres años la Universidad de New Hampshire, junto con una fundación de la NASA y Scott Ollinger como investigador principal, me concedieron un proyecto para estudiar el papel de las copas de los árboles en el ciclo del agua y su conexión con el ciclo del carbono. La verdad es que apliqué a la oferta con pocas esperanzas, pero recibí una respuesta que me decía que habían escogido a dos candidatos finalistas y que yo era uno de ellos. Volvieron a entrevistarme y una mañana cuando me levanté, leí un correo que decía “te vienes a los Estados Unidos”.

Se trataba de un estudio bastante puntero que combinaba datos de satélite con datos del flujo de carbono y energía entre las copas de los árboles y la atmósfera (el método Eddy Covariance). Los resultados se complementaban con análisis químicos de los anillos de los árboles e isótopos. La verdad es que fue una experiencia que supuso un punto de inflexión en mi carrera, pues me di cuenta de que para el estudio detallado de los bosques hacía falta una visión global de todo el ecosistema.

¿Y tiene relación con tu investigación aquí en el CREAF?

"Queremos demostrar que la transformación del nitrógeno de las plantas no solo se da mediante bacterias en el suelo, como dicen los libros de texto de ecología"

Sí, está conectado. He llegado al CREAF becada por las Marie Skłodowska-Curie Actions para estudiar de nuevo las copas de los árboles, pero ahora en relación al ciclo del nitrógeno. Se enmarca dentro del proyecto Nitriphyll, dónde trabajo con los ecólogos Maurizio Mencuccini y Josep Peñuelas. Con la ayuda de isótopos de oxígeno y nitrógeno y el análisis de las concentraciones atmosféricas de compuestos nitrogenados, queremos demostrar que la transformación del nitrógeno de las plantas no solo se da en el suelo mediante bacterias especializadas, como dicen los libros de texto de ecología, sino que también ocurre en las copas de los árboles.

¿En las copas también se transforma el nitrógeno? ¿Con qué mecanismo?

Sí, ¡también por bacterias! Justamente estamos buscando qué porcentaje del nitrógeno (en particular nitrato, NO3) que encontramos en la vegetación ha sido producido por las bacterias que viven en las hojas y compararlo con el porcentaje que producen las bacterias del suelo. Así podríamos hacer más detallado el ciclo del nitrógeno, que parece muy conocido pero todavía tiene carencias.

Además, para ello analizaremos por primera vez la información genética de toda la comunidad de bacterias que viven en las copas, como si de una fotografía momentánea se tratase, una técnica que se llama metagenómica. Y que esperamos resulte en el descubrimiento de nuevas especies que las habitan.

¿Y dónde lo estáis estudiando?, ¿en la región mediterránea?

No, este estudio abarca una región mucho más amplia. Tenemos 11 sitios de muestreo, que van desde Suecia hasta localizaciones mediterráneas. Estos están incluidos dentro de la red de monitorización ICP-Forests y se centran en las dos especies más comunes en Europa: el haya común y el pino silvestre. Pretendemos tener una visión europea completa para medir como están evolucionando  los bosques y sus ciclos naturales frente al cambio climático y la contaminación atmosférica por nitrógeno. Aquí en Catalunya, con la investigadora Anna Ávila, seguimos una parcela del Montseny llamada La Castanya.

Colector de aigua de precipitación bajo las copas de encinas (Quercus ilex) en La Castanya. Esta aigua fue utilizada para los experimentos con isotopos i análisis genéticas. Autora: Anna Ávila.
Colector de aigua de precipitación bajo las copas de encinas (Quercus ilex) en La Castanya. Esta agua fue utilizada para los experimentos con isotopos y análisis genéticas. Autora: Anna Ávila.

¿Y crees que esto tendrá repercusión en la sociedad?

Yo espero encarecidamente que sí. Cada vez más, los proyectos europeos piden medir el impacto de tu investigación en la sociedad y las becas Marie Skłodowska-Curie son un ejemplo. En mi proyecto, concretamente, queremos evidenciar y dar a conocer que las copas de los árboles no solo son importantes en los ciclos del agua y el carbono, sino que son también una pieza fundamental para el ciclo de los nutrientes como el nitrógeno. ¡No sólo se trata de un manojo de hojas!

Además, si secuenciamos las bacterias que viven en las copas, podremos saber de dónde vienen y si su dispersión tiene implicaciones en la salud humana. Los científicos convivimos con la ciencia desde que ponemos un pie fuera de la cama, no solo en el trabajo. Incluso en nuestros encuentros personales, a veces, debemos pactar no hablar de ciencia. ¿Cómo no vamos a comunicarla?

Pero no todo el mundo piensa igual. Todavía falta mucha divulgación científica por parte de los investigadores.

"Aún estamos en un sistema que lo que promueve tu carrera es el factor de impacto de tus publicaciones"

Es cierto y, la verdad, considero que es culpa nuestra. Invertimos mucho más tiempo en las publicaciones puramente científicas que en ser creativos, hacer la ciencia fácil, accesible. Aún estamos en un sistema que lo que promueve tu carrera es el factor de impacto de tus publicaciones y no se tiene en cuenta que estamos en deuda con la ciudadanía, que pagan la investigación pública con sus impuestos.

Y la sociedad, ¿no tienen parte de culpa?, ¿se interesa por la ciencia?

Sí, hay interés, pero estamos poco entrenados en general. Desde la escuela se debería incentivar que aprendamos a transmitir la información con mensajes claros: a través de proyectos definidos, presentaciones orales, etc. Los niños y los jóvenes son potenciales transmisores de la ciencia. Por parte de los receptores, hay que animar y enseñar a la gente a que pregunte, a que inicie el diálogo que propicia la comunicación entre científicos y no científicos, porque normalmente deciden no participar. Creo que piensan que de todas maneras no van a entenderte, porque no son personas con formación científica y porque, además, nosotros utilizamos demasiados tecnicismos.

Es que a veces el lenguaje científico…

Sí, es importante que nos expresemos con intención de que nos entiendan. Personalmente, encuentro apasionantes algunas iniciativas como el Science Festival en Edimburgo, en el que participé durante mi postdoctorado allí. En festivales de este tipo el científico explica sus proyectos de manera cercana y hace sentir a la gente que forma parte de la ciencia. ¡Ves entusiasmo en ellos!

Bosque de pino silvestre (Pinus sylvestris) en Thetoford en el Reino Unido (uno de los sitios de muestra incluidos en Nitriphyll). Autora: Rossella Guerrieri.
Bosque de pino silvestre (Pinus sylvestris) en Thetoford en el Reino Unido (uno de los sitios de muestra incluidos en Nitriphyll). Autora: Rossella Guerrieri.

¿Y a la hora de comunicar la ciencia, influye ser mujer?

En comunicación, no, pero en la academia… Sinceramente, todavía es muy difícil escalar. Las becas de investigación necesitan abordar las cuestiones de género de otra manera, evitar que te contraten en un proyecto porque eres mujer y les “faltan mujeres” para cumplir los requisitos. Tenemos currículums suficientemente potentes como para que nos seleccionen por ellos y un montón de buenas ideas que llevar a cabo.

¿Tú te has encontrado con estos problemas?

La verdad es que en ese sentido creo que soy afortunada. No creo haber sido seleccionada en ninguna de mis becas por el hecho de ser mujer, o al menos no lo supe. La gente con la que he trabajado ha valorado mis ideas y habilidades. Sin embargo, sí que es verdad que a veces me he encontrado en alguna situación curiosa, como por ejemplo escuchando comentarios de que una mujer “cavando un hoyo en el suelo” para coger muestras forestales no era una imagen femenina. Esto es porque el mundo forestal se asocia normalmente al hombre, y a las mujeres científicas se las imaginan con su bata de laboratorio haciendo algún tipo de experimento. Está claro que este no siempre es el caso, pues ¡en el CREAF tenemos montones de ejemplos!

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