La niebla puede dar una segunda oportunidad a la tierra desertificada
Captar minúsculas gotas de agua de la niebla y utilizarlas para recuperar zonas afectadas por sequía extrema y desertificación es el propósito del proyecto europeo LIFE Nieblas. El trayecto comienza en las crestas de las montañas de Canarias, donde los vientos alisios favorecen el mar de nubes que genera la preciada niebla y las lluvias horizontales características de las islas atlánticas.
La iniciativa se propone trabajar con un innovador colector de niebla y tres nuevos sistemas de reforestación basados en recoger el agua de las minúsculas gotas en suspensión. El objetivo es recuperar los bosques y acuíferos de 35 hectáreas de dos zonas de la isla de Gran Canaria (Barranco de la Virgen y Selva de Doramas) y, a continuación, implantar la experiencia en la cuenca Mediterránea y en Portugal, como práctica contra los efectos del cambio climático.
La intervención tiene un horizonte de 4 años y 2,1 M € de presupuesto, el proyecto LIFE más ambicioso de los implantados en Gran Canaria. Desde el CREAF intervenimos conjuntamente con el Cabildo de Gran Canaria, la empresa pública canaria Gesplan, el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, el Instituto Tecnológico de Canarias, la Universidad de La Laguna, la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas y la Comunidad Intermunicipal Viseu Dão Lafões de Portugal, donde se probarán los primeros resultados alcanzados en Gran Canaria.
215.000 litros de agua para 20.000 árboles
El reto es captar 215.000 litros anuales de agua de niebla y de rocío, para repoblar con 20.000 árboles de laurisilva 35 Ha quemadas y con alto riesgo de desertificación. Esto permitirá consolidar una masa boscosa y recuperar la función de provisión de agua de la antigua Selva de Doramas en Gran Canaria. La reforestación se llevará a cabo con especies endémicas de Canarias y propias de la laurisilva, como la hayas y encinas de Canarias (Myrica faya, Ilex canariensis), madroños (Arbutus unedo), barbusanos (apollonias barbujana) y otras especies de laurisilva, que se beneficiarán también del sistema de riego autónomo Cocoon, probado con éxito como parte del proyecto europeo LIFE Green Link liderado por el CREAF.
El reto es captar 215.000 litros anuales de agua de niebla para repoblar con 20.000 árboles de laurisilva 35 Ha quemadas y con alto riesgo de desertificación. La experiencia se implantará también en la cuenca Mediterránea y en Portugal.
Los Cocoon son depósitos biodegradables que aportan riego permanente por capilaridad, una cámara de agua que reduce la temperatura alrededor de la raíz de la planta y que puede marcar la diferencia entre la supervivencia o la muerte del ejemplar. La solución que propone se ha implantado en Cataluña, Canarias, Valencia, Almería, Portugal, Italia y Grecia.
"Restauramos hábitats de interés comunitario que acogen especies vegetales y animales únicas en el mundo y que, además, tienen un impacto directo sobre la vida de las personas que habitan la isla. También proponemos métodos de reforestación innovadores, hacemos una labor de sensibilización sobre la relevancia de las cubiertas forestales y los recursos hídricos, y fomentamos la transferencia de conocimiento entre universidad y empresa", en palabras del investigador del CREAF Vicenç Carabassa.
Un sistema que se retroalimenta
Una de las intervenciones clave del LIFE Nieblas es la instalación de atrapanieblas individuales (sencillos dispositivos que condensan la humedad para aportar una mayor irrigación a la planta), para intensificar los resultados positivos de toda la intervención. El objetivo final es que las nuevas extensiones de laurisilva sobrevivan por sí mismas sin regadío en el período de un año y medio y capten la humedad que transportan las nieblas que habrán hecho posible su crecimiento. Justamente la función que cumplía la Selva de Doramas: la propia vegetación captará la niebla que necesita.
Y no sólo eso, ya que el agua captada por el bosque tiene una capacidad de infiltración en la tierra 5 veces superior a la de la lluvia cuando cae directamente sobre el terreno. Por lo tanto, este bosque de nueva generación hará resurgir fuentes y favorecerá la recuperación progresiva de los acuíferos, esenciales para abastecer fincas agrícolas, ganado y población sin necesidad de perforar pozos o galerías."Con esta iniciativa abordamos la reforestación de manera más viable y eficaz, actuando en zonas especialmente vulnerables al cambio climático y la desertificación", apunta Vicenç Carabassa.
Con esta iniciativa abordamos la reforestación de manera más viable y eficaz, actuando en zonas especialmente vulnerables al cambio climático y la desertificación.
VICENÇ CARABASSA, investigador del CREAF.
Por tanto, el gran desafío es transformar una zona altamente degradada por siglos de tala y extracción masiva de agua de los acuíferos, además de un incendio devastador, en un modelo de recuperación medioambiental. La oportunidad de iniciar la intervención en Gran Canaria radica en el hecho de que el 90% de su terreno está sometido a un gran estrés hídrico, por la reducción de las precipitaciones y con un riesgo entre alto y muy alto de desertificación.