La sequía de 2021 rompe dos años de bonanza en los bosques catalanes
El 2021 ha sido un año excepcionalmente seco en todo el territorio catalán, exceptuando la mitad sur. Comenzó con un invierno con registros de lluvia inferiores a los que es habitual para la época y sufrió un verano donde el agua solo hizo acto de presencia en el sur de Cataluña y, mayoritariamente, de forma torrencial. Según el informe anual del DeBosCat,la red de monitoreo del Decaimiento de los Bosques de Cataluña, en el 2021 se ha truncado la lenta dinámica de recuperación que los bosques catalanes habían iniciado hace dos años, después de un 2016 con mucha afectación. Esta red de seguimiento impulsada por la Dirección General de Ecosistemas Forestales y Gestión del Medio del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural y coordinada estrechamente entre el Cuerpo de Agentes Rurales y el CREAF, celebra su décima campaña y hoy publica su informe anual. Según los datos del informe, en 2021 solo se han registrado 1.440 hectáreas forestales recuperadas, en comparación con las 10.300 que habían cicatrizado en 2020 en un año que fue extraordinariamente lluvioso. La superficie recuperada aún resulta más anecdótica si la comparamos con las más de 15.000 hectáreas que han empeorado su situación. En este sentido, el informe del DeBosCat constata que en 2021 se ha duplicado la superficie de bosque afectada por sequía respecto la campaña del año anterior.
“Son resultados poco optimistas. Por un lado, se han registrado 68 nuevos episodios de sequía que han afectado casi 4.000 hectáreas. Y por otro lado, hay 11.900 que ya registraban decaimiento de años anteriores y han empeorado su afectación” explica Mireia Banqué, técnica del CREAF y coordinadora de DeBosCat.
“Cuando un bosque queda debilitado por la sequía, la lluvia de los años siguientes determina si los árboles se recuperan o acaban muriendo. Es por eso que revisitamos cada año las zonas de bosque afectadas previamente y este año hemos visto un cambio de tendencia” comenta Banqué. “Veníamos de dos o tres años buenos, donde se veía una recuperación clara, pero la sequía de este 2021 ha roto la dinámica positiva. Tenemos que continuar ampliado esta serie temporal de datos de decaimiento forestal para ver si en los próximos años se repiten estos episodios de sequía. Este tipo de seguimientos son una herramienta muy útil para entender cuáles son las consecuencias ecológicas del cambio climático en los bosques” concluye Mireia.
La mitad norte de Cataluña, la más afectada
A nivel territorial, las comarcas con más superficie afectada son la Noguera y el Pallars Jussà con más de 3.000 hectáreas afectadas en cada una, aunque no se han registrado nuevas afectaciones durante este 2021. Les siguen Osona, el Berguedà y el Alt Empordà, que sí que tienen más superficie afectada que en años anteriores. Algunas comarcas que hacía tiempo que no tenían episodios de decaimiento forestal, como el Vallès Oriental, u otras que ya habían conseguido recuperar los bosques afectados anteriormente, como es el caso de la Selva o el Baix Empordà, han registrado centenares de nuevas hectáreas de decaimiento. Así pues, se observa como la mayoría de nuevos episodios de sequía se encuentran en las regiones noreste del país. Destacan las más de 1.500 hectáreas de nueva afectación entre las dos comarcas ampurdanesas, las cuales representan un 40% de la superficie de nueva afectación en toda Cataluña. En el sentido contrario tenemos comarcas como el Priorat, la Ribera d’Ebre, la Terra Alta o la Conca de Barberà que no han registrado ningún episodio nuevo de decaimiento forestal. En cuanto a la superficie de bosque afectado destaca el Montsià (9,3% de superficie forestal afectada), seguida del Pallars Jussà y el Gironès. Después de este año de sequía, el porcentaje de bosque afectado por decaimiento en Cataluña pasa del 0,77 al 1,46.
Una herramienta de seguimiento forestal dirigida a gestores e investigadores
DeBosCat está de celebración porque este es su décimo año. Se trata de un hito muy importante si se tiene en cuenta que este tipo de proyectos necesitan series de datos largas para poder extraer mejores conclusiones. De hecho, el objetivo del DeBosCat no es otro que disponer de una serie temporal lo más larga posible y georeferenciada en un entorno SIG accesible para gestores e investigadores.
El CREAF pretende que con esta recopilación de datos se pueda valorar el estado de los bosques y sus cambios a lo largo del tiempo. Además, también se pueden identificar qué especies y masas forestales son más vulnerables ante las perturbaciones y estudiar cómo se relacionan los episodios de decaimiento detectados con variables climáticas, estructurales, orográficas, etc. Como novedad de este año, toda la información se puede consultar y descargar a través del Laboratorio Forestal Catalán. El trabajo de campo lo realiza el Cuerpo de Agentes Rurales con la supervisión y la colaboración de técnicos del CREAF.