Las abejas con dietas especializadas tienen el cerebro más grande
La abeja solitaria Flavipanurgus venustus viaja por los matorrales mediterráneos, se acerca a una flor, huele otra, pero se alimenta exclusivamente de la estepa cresta (Cistus crispus). Memoriza el color rosa intenso de sus flores, el aroma particular que desprenden y las busca por todo el prado. Tener un cerebro más grande podría ayudarla a tener esta precisión.
Una investigación encabezada por el CREAF y la Estación Biológica de Doñana - CSIC ha estudiado por primera vez que hace que las abejas tengan el cerebro más o menos grande. Los resultados desvelan un misterio que ya se había encontrado entre otros animales, pero que nunca se había comprobado en insectos. Las abejas que tienen una dieta especialista (las más tiquismiquis, como Flavipanurgus venustus) son las que tienen un cerebro más grande en relación al tamaño del cuerpo. "Las abejas que se alimentan de todo, no se tienen que esforzar mucho porque tienen muchas flores a escoger; en cambio, las abejas que han de pensar dónde está aquella flor específica y memorizar sus características necesitan un cerebro mayor" explica Ferran Sayol, primer autor del artículo y actualmente investigador postdoctoral en la University College London. Según Daniel Sol, investigador del CSIC en el CREAF que también ha participado en el estudio, este resultado contradice lo que hasta ahora se había demostrado en pájaros, "en el caso de las aves, los animales que comen de todo, los más generalistas, son los que tienen el cerebro más grande "explica el Dr. Sol.
Las abejas que viven en grupo son una pieza de todo el engranaje y, tal vez, por eso no necesitan un cerebro tan grande como las solitarias.
FERRAN SAYOL, primer autor del artículo e investigador al College London.
En este estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, también se ha comparado el tamaño del cerebro de las abejas en relación con otros factores como su ciclo de vida y su sociabilización. Los resultados indican que las especies que a lo largo del año tienen una única generación, lo que sería un ciclo de vida lento, tienen también cerebros más grandes. Según el Dr. Sayol, "esto, sí que coincide con el que se encuentra en mamíferos y pájaros." En cuanto a la vida social de las abejas, no se detectaron diferencias: "las que viven en grupo, como las melíferas, son una pieza de todo un engranaje y quizás por ello no necesitan tener un cerebro mayor que las abejas solitarias".
En el hallazgo han participado también investigadoras e investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Washington en Saint Louis, la Universidad de Scranton (EE.UU.), la Universidad de Manitoba (Canadá) y el Instituto Van Caldenborghstraat de Holanda.
Un cerebro con forma de cruasán
Ferran Sayol aprendió las técnicas para medir el cerebro de las abejas durante una estancia en Estados Unidos con el especialista en hormigas Marc A. Seid. Él mismo nos cuenta que lo que más le sorprendió era la forma, "que le recordaba a un cruasán con el tamaño más pequeño que un grano de arroz". Una vez aprendida la manera de estudiar estos insectos, terminó midiendo un total de 395 abejas, con la ayuda de Miguel Ángel Collado de la Estación Biológica de Doñana del CSIC.
La muestra analizada era de 93 especies diferentes, que pertenecen a los Estados Unidos de América, España (sobre todo abejas de Sevilla) y Holanda.
Artículo de referencia
Ferran Sayol, Miguel Á. Collado, Joan Garcia-Porta, Marc A. Seid, Jason Gibbs, Ainhoa Agorreta, Diego San Mauro, Ivo Raemakers, Daniel Sol and Ignasi Bartomeus. Feeding Specialization and longer generation time are associated with relatively larger brains in bees (2020). Proceedings of The Royal Society B. DOI: 10.1098/rspb.2020.0762.