Las copas de los árboles y los arbustos son refugios climáticos para varias especies de plantas
La sombra que proyectan las copas de árboles y arbustos crean pequeños oasis que conservan mejor la humedad, mantienen la temperatura más estable y acumulan más reservas de agua y nutrientes. Esto permite que ciertas especies de plantas puedan refugiarse del frío o calor extremos y podría ser clave para su conservación en el entorno Mediterráneo, donde el incremento de temperatura provocado por el cambio climático está aumentando el estrés ambiental. Es la conclusión de una investigación reciente publicada en Ecology Letters que ha liderado María A. Pérez Navarro, investigadora en el CREAF en el momento del estudio y actualmente en King's College London. En el estudio también han participado el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA), la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Jaén y el King’s College de Londres.
“Con los resultados hemos comprobado que, gracias a esta cubierta vegetal, especies de plantas que no se establecen bien en la situaciones extremas que se dan en microambientes expuestos a la radiación del sol, como el romero o la estepa negra, pueden hacerlo gracias a la cubierta de otras especies. Al contrario, también, vemos que especies menos adaptadas a climas fríos pueden sobrevivir en zonas de alta montaña bajo las copas de árboles y arbustos, como la aliaga o algunas especies endémicas del género Teucrium, como la hierba de la virgen”; explica María A. Pérez Navarro.
"Con los resultados hemos comprobado que, gracias a esta cubierta vegetal, especies de plantas que no se establecen bien en la situaciones extremas que se dan en microambientes expuestos a la radiación del sol, como el romero o la estepa negra, pueden hacerlo gracias a la cubierta de otras especies. Al contrario, también, vemos que especies menos adaptadas a climas fríos pueden sobrevivir en zonas de alta montaña bajo las copas de árboles y arbustos, como la aliaga o algunas especies endémicas del género Teucrium, como la hierba de la virgen".
MARÍA A. PÉREZ NAVARRO, investigadora del CREAF en el momento del estudio y actualmente del King's College London.
La investigación incluyó 28 localidades del sur de la península ibérica, donde se observan tres tipos climáticos principales: el clima mediterráneo, mayoritariamente en las zonas centro y oeste; el clima semiárido, que cubre mayoritariamente la parte oriental de la región de estudio; y el clima alpino-mediterráneo en las cumbres montañosas. Se registraron un total de 26.252 plantas de 141 especies distintas.
El microclima en un contexto de cambio climático
Según el equipo, esta investigación propone un procedimiento para valorar como la cubierta vegetal, al generar un microclima, permite que las especies que no encuentran su óptimo en el clima de la localidad puedan persistir, frente a los estudios habituales que analizan las respuestas de las especies a las condiciones climáticas a una escala macro. “Este cambio de óptica supone un salto en los estudios en ecología de plantas y puede ayudarnos a prever mejor el impacto del cambio climático sobre ciertas especies de vegetación”, explica Paco Lloret, investigador del CREAF, catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona y co-autor del estudio.
“Gracias a este efecto protector, nuevas generaciones de plantas pueden establecerse con éxito en zonas alejadas de su ‘óptimo climático’. Por el contrario, las comunidades vegetales del sotobosque así establecidas verían comprometida su supervivencia si ésta cubierta vegetal protectora desapareciera”, finaliza Miguel Verdú, investigador del CSIC en el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA) y también co-autor del estudio.
Artículo de referència:
Perez-Navarro, M.A., Lloret, F., Molina Venegas, R., Alcántara, J.M. & Verdú, M. (2024). Plant canopies promote climatic disequilibrium in Mediterranean recruit communities. Ecology Letters, 27, e14391. DOI: https://doi.org/10.1111/ele.14391