17/10/2013 Noticia

Los científicos recomiendan gestionar activamente los bosques para mitigar el impacto del cambio climático

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Esta es una de las conclusiones a las que han llegado los investigadores del CREAF y que se engloban en el informe final del proyecto MOTIVE, que ha finalizado recientemente. El proyecto europeo, de cinco años de duración y 9 millones de euros de presupuesto, ha sido financiado por el European Community s Seventh Framework Programme (FP7 / 2007-2013).

El área circular es un terreno amanecido. Al cabo de los años, se puede observar cómo esta área resiste mejor a la sequía que las zonas más densas que la rodean.
El área circular es un terreno en el que se ha practicado un clareo. Al cabo de los años, se puede observar cómo esta área resiste mejor a la sequía que las zonas más densas que la rodean.

La gestión activa es clave para mantener el buen estado de los bosques, particularmente los mediterráneos. Con la gestión forestal, por ejemplo, se puede disminuir la densidad de los árboles, reduciendo así la competencia por el agua y favoreciendo que los bosques sean más resistentes a la sequía. Esta es una de las principales conclusiones a las que han llegado los investigadores del CREAF que han participado en el proyecto, y que han utilizado como zona de estudio las montañas de Prades.

La principal limitación para adaptar la gestión forestal en la realidad social y económica es el coste que supone. Sin embargo, los investigadores consideran que a medio y largo plazo el beneficio por el bosque sería muy superior a este coste.

En las montañas de Prades podemos encontrar ejemplos de cómo el cambio climático afecta a los bosques Mediterráneos . En el marco del proyecto MOTIVE, los científicos del CREAF han evaluado la salud de estos bosques y los riesgos asociados al cambio climático .

En estos espacios , los científicos han encontrado que el cambio climático ha empeorado los efectos que el abandono de terrenos privados y la alta variabilidad de precipitaciones tienen sobre el medio. Estas dos características de la zona se ven agravadas por los cambios ambientales , y provocan un aumento de la aridez y de la probabilidad de que se den episodios extremos como períodos de sequía. Tanto la aridez como la sequía son factores que conllevan unos riesgos bióticos y abióticos , entre los que destacan los incendios y las plagas. Además, aunque la mayoría de especies de la zona son bastante resistentes a la falta de agua, la mortalidad en las especies de árboles ha ido aumentando en los últimos años.

MOTIVE, un proyecto aplicado para adaptar la gestión forestal al cambio climático

El objetivo principal del proyecto MOTIVE ha sido explorar las consecuencias del cambio climático en los bosques y proponer estrategias de gestión flexible del medio que integren varios objetivos .

La investigación se ha llevado a cabo cubriendo un amplio abanico de tipos de bosques y zonas bioclimáticas, en 10 casos de estudio diferentes desde el suroeste hasta el noreste de Europa. También se han contemplado diferentes grados de intensidad en la gestión, y en condiciones históricas y socioeconómicas diversas.

Los campos de estudio han incluido proyecciones de futuro, estudio de las adaptaciones genéticas, realización de mapas de riesgo de perturbaciones, y herramientas de apoyo a la gestión flexible entre otros. Esta gestión persigue disminuir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de los bosques ante los cambios ambientales.

MOTIVE también incluye un sistema de información DSS (Decision Support System) que permite evaluar posibles alternativas para adaptar la gestión forestal al cambio climático. Los análisis de este sistema muestran que si los planes de gestión forestal diseñados bajo las condiciones climáticas actuales no se adaptan al cambio climático, la productividad y el crecimiento de los bosques se pueden ver afectadas. El DSS permite proveer de nuevas herramientas a los propietarios y gestores de los bosques, a fin de que puedan desarrollar planes de gestión teniendo en cuenta las condiciones del futuro. Además, también permite evaluar las consecuencias que pueden tener diferentes estrategias de gestión y mejorar la eficiencia y efectividad. Esto permite buscar la mejor gestión posible según las características de cada bosque y las condiciones climáticas previstas.

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