Los líquenes no engañan: las zonas ganaderas de Cataluña están contaminadas por amonio
El nitrógeno es un nutriente esencial para la vida, pero los ecosistemas no son capaces de procesarlo cuando se encuentra en exceso y pasa a ser un elemento perjudicial. Esto se está dando en los alrededores de nuestras granjas, donde el nitrógeno se acumula en forma de amonio. Los líquenes, que son muy sensibles a este tipo de contaminación, han permitido a la investigadora Anna Ávila estudiarlo.
La agricultura y la ganadería intensivas generan grandes cantidades de amonio a partir de los excrementos y de los fertilizantes amoniacales que se aplican a los cultivos; amonio que provoca la acidificación del suelo y el agua, la pérdida de biodiversidad y la emisión de compuestos nitrogenados a la atmósfera. Pero no se trata sólo de una afectación local de las comarcas ganaderas, sino que los nitratos una vez llegan al aire se combinan con otros gases tóxicos y viajan a larga distancia.
Investigadores del CREAF y la UAB han estado buscando, justamente, en qué punto la contaminación atmosférica por amonio entra en conflicto con la fauna y flora, el conocido como nivel crítico. Para ello, se han desplazado a un encinar que rodea una granja de Osona y han estudiado la composición de líquenes en los árboles. Los líquenes son unos perfectos bioindicadores, porque cuando la calidad del aire no es buena rápidamente se ven afectados. Y, efectivamente, los resultados indican que estamos ante un ecosistema muy contaminado y que el valor crítico aquí es tres veces mayor que el de referencia en Europa. Un valor que, sin embargo, no sorprende, ya que las emisiones por amonio en España en 2016 fueron un 39% más altas que hacía casi 40 años.
Podéis leer más información en la noticia relacionada que ha preparado Anna Ávila para la web UAB Divulga.