Los peces de lagos remotos de alta montaña se están “feminizando”
Las sustancias químicas artificiales similares a las hormonas están más presentes en el medio ambiente que nunca, tanto que incluso han llegado a las aguas continentales de zonas remotas. Un equipo del IDAEA-CSIC, del CREAF y de otras entidades, ha detectado que en los lagos remotos de los Pirineos y de los Tatras, Eslovaquia, el primer caso de feminización en peces ligada a la contaminación atmosférica por disruptores endocrinos.
Los peces de los lagos remotos de alta montaña en Europa se están "feminizando". El estudio, publicado en la revista Nature Scientific Reports, ha sido realizado por Benjamí Piña, Sergio Jarque y Joan Grimalt del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IDAEA-CSIC), Jordi Catalan, perteneciente al CREAF, y Reinhard Lackner de la Universidad de Innsbruck (Àustria). En él se ha detectado el primer caso en que un vertebrado se feminiza debido exclusivamente a contaminación atmosférica. Se ha observado que los contaminantes que alteran el sistema hormonal - los llamados disruptores endocrinos - consiguieron llegar al interior de los peces viajando por el aire y depositándose en los lagos remotos. “Estos lagos están alejados de las fuentes emisoras de estos compuestos, como las ciudades o los campos de cultivo, así que la única vía de contaminación es a través del aire”, comenta des del CREAF Jordi Catalan.
Según el estudio, los lagos de alta montaña de los Pirineos y de los montes Tatras, en Eslovaquia, están recibiendo estas sustancias químicas que se están acumulando en los peces. De hecho, se han encontrado disruptores en sangre, hígado y tejido muscular de los peces, provocando que los machos presenten características femeninas. “Se podría decir que los peces machos tragan píldoras anticonceptivas involuntariamente”, dice el zóologo Reinhard Lackner, de la Universidad de Innsbruck. El efecto de estas sustancias similares a las hormonas es menos perceptible en truchas hembras porque sus niveles naturales de estrógeno son relativamente elevados. A pesar de que el grado de feminización que se ha observado no constituye una amenaza para la capacidad reproductiva de estos peces, estos contaminantes son un problema porque tienen un impacto duradero sobre el medio ambiente, ya que son muy persistentes y se acumulan a lo largo de las cadenas tróficas.
Una seria advertencia para nosotros mismos
Estos compuestos también se acumulan en los humanos y su potencial estrogénico puede dar lugar a malformaciones en el nacimiento, obesidad, alteraciones en el metabolismo de la tiroides, entre otros. Se desconocen cuáles son los niveles críticos de esta contaminación difusa, pero “los resultados de este estudio se deben tomar muy en serio dados los casos crecientes de disrupción endocrina en humanos (OMS 2012). Por lo tanto, las conclusiones son relevantes, no sólo desde una perspectiva conservacionista del medio natural, sino porque alertan de una posible influencia general sobre la salud humana de la contaminación transportada por el aire, incluso a lugares muy alejados de los focos emisores”, comentan Joan Grimalt y Benjamí Piña de l’IDAEA-CSIC.
OMS/WHO, 2012. Global assessment of the state-of-the science of endocrine disruptors. T. Damstra, S. Barlow, A. Bergman, R. Kavlock, G. Van Der Kraak, Eds. WHO Press, Geneva CH, 2012
Autora: Jessica Requena