¿Los vikingos fueron los primeros en asentarse en las Azores?
Un reciente estudio liderado por el CIBIO, la Universidad de las Azores y el CSIC con la participación del CREAF revela que las navegaciones de los vikingos les podría haber llevado a las islas Azores unos 700 años antes de la llegada de los portugueses. Los resultados, publicado en la revista PNAS, se han obtenido a través de muestras de sedimentos de distintos lagos del archipiélago y reconstrucciones ambientales y climáticas.
Las Azores son un conjunto de islas volcánicas situadas en el océano Atlántico, unos 1.500 km al noroeste de Portugal. Hasta ahora, existía el consenso de que habían sido deshabitadas hasta la llegada de los portugueses en el siglo XV, pero el trabajo publicado en PNAS ha encontrado que los primeros colonizadores provenían en realidad del norte de Europa durante la era vikinga. Los datos apuntan a que habrían aprovechado las condiciones climáticas favorables para llegar desde el norte, que eran menos buenas para llegar desde el este (Portugal).
“Hemos realizado análisis multidisciplinares de los sedimentos lacustres y demuestran que hubo cambios en los ecosistemas de las Azores relacionados con la llegada de los humanos. Además, desde este primer impacto los ecosistemas nunca han vuelto al estado pristino previo. Hay pruebas claras de tala y quema de la vegetación natural y un consecuente aumento de la erosión del suelo, del estado trófico de los lagos y la introducción de nuevas especies”, explica Sergi Pla, investigador del CREAF y autor del artículo. Los testigos de sedimentos recuperados del fondo del lago de las islas de San Miguel, Pico, Terceira, Flores y Corvo han permitido analizar cuáles son los factores que han condicionado los cambios en el paisaje y el funcionamiento de los ecosistemas durante los últimos miles de años. Por ejemplo, se ha identificado polen de cultivos (cereales cultivados) y esporas de hongos asociados a las heces de ganado, indicadores de la actividad agrícola y ramadera.
Con este artículo queríamos ir más allá de los artículos convencionales en los que se reconstruyen los cambios ambientales y climáticos del pasado. Hemos hecho modelos climáticos y analizado su influencia en los ecosistemas, pero con un volumen de datos de todo el archipiélago que muestra como el factor humano ha jugado un papel muy predominante en la modificación del paisaje y de los ecosistemas de todas las islas.
SERGI PLA RABÉS, investigador del CREAF y profesor de la UAB.
Además de técnicas geológicas, también se han utilizado químicas, físicas y biológicas para extraer más pruebas del paso humano. Por ejemplo, “los intestinos de los grandes mamíferos producen en abundancia dos compuestos que se encuentran registrados en los sedimentos del lago: los esteroles y estanoles. Son un indicador inequívoco de la presencia de grandes mamíferos y, además, existen estanoles que diferencian el origen humano (ricos en coprostanol) y de grandes mamíferos rumiantes (ricos en estigmastanol)” explica Timothy Shanahang (Universidad de Texas en Austin). Y "debido a su posición geográfica, en medio del océano Atlántico, no podían ser otros grandes mamíferos que los domesticados por el hombre", aclara Santiago Giralt (GEO3BCN-CSIC).
Los autores de la investigación ya esperaban encontrar estos indicios de presencia humana, pero en fechas más recientes. Así, la sorpresa ha sido que todos estos resultados situaran las Azores como habitadas unos 700 años antes de lo que se sabía. Unas fechas que no coinciden con la llegada de los portugueses. Por este motivo, el equipo defiende que este trabajo pone de manifiesto que, a pesar de tener abundante información histórica, para tener una idea precisa del pasado es necesario fomentar el trabajo interdisciplinario entre las Humanidades y las Ciencias Naturales y conocer realmente cuál ha sido nuestra historia.
Artículo de referencia:
Raposeiro, P. M. et al. (2021). Climate change facilitated the early colonization of the Azores Archipelago during medieval times. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 118(41), e2108236118. https://doi.org/10.1073/pnas.2108236118