Restaurar suelos degradados con compost contribuye a la economía circular y a la lucha contra el cambio climático
Cataluña tiene más de 40.000 hectáreas de suelos degradados y buena parte de ellos podrían ser restaurados. Zonas afectadas por incendios forestales, canteras en desuso, vertederos clausurados, espacios cercanos a carreteras, son algunos de los ejemplos más comunes en nuestro país. Rehabilitar estos espacios y transformarlos en tierra fértil, bosques o pastos de calidad es posible, sólo hace falta encontrar una forma de hacerlo que sea rentable y respetuosa con la naturaleza. Éste es el objetivo del centro de investigación CREAF y de la Agencia de Residuos de Cataluña, dos entidades que se han unido para demostrar que la restauración con compost es una estrategia que puede dar respuesta a esta necesidad y que ahora mismo tiene un gran potencial en Cataluña. En esta Semana Mundial del Compost, hablamos de este material excepcional, abundante en Cataluña, que ya está ayudando a regenerar nuestros suelos más castigados.
Cataluña genera anualmente más de 300.000 toneladas de compost proveniente de la fracción orgánica de los residuos municipales, fangos de depuradora, deyecciones ganaderas, restos vegetales y otros residuos orgánicos. Este compost se utiliza mayoritariamente en la agricultura, pero gracias a esta línea de trabajo se quiere posicionar como material clave para la regeneración de suelos. La investigación, llevada a cabo desde el CREAF por iniciativa del ARC, se está llevando a cabo en diferentes escenarios de regeneración de suelos: la restauración de la cantera de La Falconera (Garraf), la clausura del vertedero del Garraf y la restauración de los taludes de la C-15, en el tramo entre Igualada y Vilafranca del Penedès. En todos estos casos el CREAF ha generado suelos artificiales (llamados tecnosoles en términos técnicos) basados en compost. Una innovación que ha permitido recuperar la vegetación más rápido y con más éxito, tener suelos más resistentes a la erosión ya la sequía, que secuestran más carbono y que acogen más vida en su interior (más fauna edáfica).
Suelos hechos a la carta
El proyecto de investigación trabaja elaborando diferentes formatos de tecnosoles dependiendo de las necesidades de cada zona. Cada suelo se hace mezclando materiales minerales con compost, en distintos grosores y porcentajes de materia orgánica. El objetivo es recrear un suelo saludable que sea similar al suelo que existía antes.
En la Falconera, por ejemplo, se han creado suelos capaces de sostener un bosque, mantener una maquia mediterránea o formar un prado, un espacio abierto básico para mantener la biodiversidad de abejas y mariposas. En el vertedero del Garraf, se han utilizado tierras procedentes de rebajes de obras que se han mezclado con compost proveniente de la fracción orgánica de los residuos municipales, pero también compost proveniente de la industria agroalimentaria, fangos de depuradora, digestados de diferentes orígenes y bioestabilizado. Siguiendo diferentes recetas, se han podido crear diferentes tecnosoles que permiten restaurar el vertedero con un manto verde y resistente. En la C-15 también se ha realizado una prueba piloto con compost para restaurar los taludes a ambos lados de la carretera. En este caso, se han podido restaurar 4 hectáreas de taludes utilizando unas 200 toneladas de compost.
Más económico y resiliente al cambio climático
Restaurar con compost es una opción óptima, tanto si se desea ahorrar costes como si se quiere obtener un paisaje más resiliente al cambio climático. Por ejemplo, es más económico utilizar compost que fertilizantes químicos, ya que estos productos comerciales son carísimos y, además, se elaboran con base de petróleo y, por tanto, su precio todavía irá creciendo. Asimismo, un suelo restaurado con compost es más fácil de mantener porque no se erosiona tanto con las lluvias torrenciales, un fenómeno en auge por culpa del cambio climático. Por otra parte, cuando se aplica el compost al suelo degradado, mejora su estructura y el suelo resultante es capaz de secuestrar más carbono. Concretamente, los estudios del CREAF han comprobado que los suelos restaurados utilizando enmiendas orgánicas retienen tres veces más carbono de media (con algunos ejemplos de suelos que han multiplicado hasta 9 veces el secuestro de carbono). Por último, un paisaje restaurado con compost es más resistente a la sequía, porque el suelo resultante es más esponjoso, con poro donde queda el agua retenida mucho más tiempo.
"Con este proyecto estamos demostrando que el compost es un material de gran valor que puede utilizarse en la restauración de diferentes espacios. Hay que trabajar con los productores y productoras para obtener enmiendas orgánicas de mayor calidad, así como con los potenciales usuarios para abrir nuevas vías de aplicación".
VICENÇ CARABASSA, investigador del CREAF.
Para extender su uso, el CREAF junto con la ARC han elaborado una ficha técnica donde se explica con todo detalle qué es, cómo aplicar y sus beneficios. Este documento forma parte de una serie de fichas que explican diferentes tipos de enmiendas orgánicas como el compost, lodos de depuradora, estiércol o productos derivados de la digestión anaerobia de residuos domésticos e industriales, entre otros.