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Restaurando zonas desertificadas mediante un método innovador para la realización de plantaciones en la cuenca mediterránea

En el área mediterránea, los impactos del cambio climático son cada vez más perceptibles y graves. Muchas regiones semiáridas están sufriendo una disminución significativa en la disponibilidad de agua y la temperatura aumenta. Esto ha llevado a incrementar la desertificación y los incendios forestales. Es necesario implementar medidas de adaptación dirigidas a reducir la vulnerabilidad de estos ecosistemas y el fortalecimiento de su capacidad de recuperación.

El objetivo general de este ambicioso proyecto es demostrar la eficacia de un nuevo método para la realización de plantaciones en zonas desérticas donde la mortalidad de las plantaciones puede llegar al 70%. La idea de la sustitución del riego mediante el uso de "cubos de agua" para plantar árboles se puso a prueba en el reciente LIFE Desiertos Verdes. Se ha comprovado que el recipiente de plástico funciona bien en varias regiones secas de España. Sin embargo, los costes de producción y plantación se consideraron demasiado altos para ser viable en actividades intensivas de reforestación.

El presente proyecto tiene por objeto desarrollar esta experiencia previa mediante la introducción del "Cocoon". Hecho de cartón (reciclado), de bajo coste y 100% biodegradable, ha conseguido tasas de supervivencia del 90% en ensayos sin riego.

El proyecto tiene la intención de:

  1. Demostrar que el Mediterráneo puede luchar contra el cambio climático con una herramienta eficaz a través de 6 ensayos en 3 países diferentes que sufren de desertificación.
  2. Demostrar la viabilidad económica de una tecnología mejorada y más sostenible para plantar árboles sin el uso de riego.
  3. Diseñar intervenciones ecológicas específicas (estudio de la migración asistida): la adaptación al cambio climático exige la selección de especies autóctonas y resistentes que sobrevivan a las predicciones climáticas para 2050-2100.
  4. Integrar nuevas metodologías para medir la biodiversidad, el carbono en el suelo, la erosión y las consecuencias sobre el bienestar humano en el medio plazo.
  5. Realizar un mapa de los servicios ecosistémicos a nivel del paisaje para mejorar las estrategias de adaptación.
  6. Replicar la experiencia por las partes interesadas que participan activamente (Investigación, PYME, ONG, gobiernos y comunidades locales) con el fin de compartir los métodos y resultados.
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