25/04/2016 Noticia

Catherine Preece: “Ser mujer y dedicarse a la ciencia es posible, pero aún hay barreras”

Responsable de comunicación social

Verónica Couto Antelo

Técnica de Comunicación del CREAF desde 2016. Apasionada del mundo natural y su divulgación. Bióloga (UB), máster en comunicación científica (BSM-UPF) y estudiante Humanidades (UOC).
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Entrevistamos a Catherine Preece, doctora en Ciencias Biológicas con sus estudios sobre vegetación subártica. Hizo su primer postdoctorado en Sheffield, de agricultura, y ahora se ha focalizado en otro en Cataluña, gracias a la beca Marie Curie. Esta vez sus estudios profundizan en el efecto de la sequía en el bosque mediterráneo. ¿Qué papel juega el cambio climático? ¿Qué futuro le espera a nuestros bosques? ¿Cómo podemos contribuir a su conservación?

Catherine a l'hivernacle del CREAF
Catherine en el invernadero del CREAF

Antes de nada, ¿en qué estás trabajando ahora?

Grosso modo, estoy interesada en saber más sobre el efecto de la sequía en las plantas y suelos del Mediterráneo. Para estudiarlo, estoy llevando a cabo desde el año pasado un experimento con encinas. En parte también es un experimento relacionado con el cambio climático, porque manipulamos el agua que reciben las plantas para crear diferentes niveles de sequía. De esta forma podemos ver cómo responden las plantas y la comunidad bacteriana y microanimal del suelo.

¿Por qué es importante exponer las plantas a diferentes niveles de sequía?

Este tipo de experimento es muy útil por dos motivos. Por un lado, nos permite ver más específicamente cómo afecta la falta de agua (estrés hídrico) a las plantas. Por el otro lado, podemos detectar el punto exacto en que la falta de agua es demasiado fuerte para que las plantas recuperen su estado inicial.

¿Cómo reconocemos una planta afectada por la falta de agua?

Existen muchas maneras. Una de ellas a través de la coloración de las hojas, porque en situación de sequía se van volviendo marrones. De manera más científica, se puede cuantificar la proporción de clorofila de las hojas, los niveles de fotosíntesis o la actividad del sistema tierra-planta. Si el sistema de raíces está activo significa que la planta tendrá más oportunidad de recuperación cuando el agua vuelva.

¿Cómo crees que este proyecto puede aplicarse en la sociedad?

En general las especies de árbol que estudiamos son muy comunes en el Mediterráneo, y en Cataluña en particular. Es útil entender cómo las crecientes sequías afectan a estas especies, porque está previsto que los próximos años se conviertan en un gran problema. Conocer los efectos de la sequía en especies comunes nos ayuda a predecir las posibles complicaciones en todo el bosque.

¿Y qué medidas podemos tomar nosotros para mitigar los efectos de la sequía en el Mediterráneo?

Los propietarios de terrenos o bosques deberían cuidar más el suelo, porque a veces sin darse cuenta lo dañan físicamente, ponen animales donde no deberían estar, riegan demasiado (o muy poco)…

En cuanto a la gente en general, la mayoría de medidas que podemos tomar están relacionadas con el cambio climático. Por ejemplo, es importante gestionar el agua de forma sostenible porque, como decía, esta previsto que la sequía aumente más y más. Es normal que en verano aparezca cierta sequía pero no en los niveles que se esperan.

¿Este proyecto es útil para predecir algo acerca del futuro?

Afortunadamente, con los resultados de este experimento podremos establecer qué niveles de sequía son peligrosos para las especies de nuestros bosques. Por lo tanto, nos ayudará a estar más preparados y animarnos a conservar el ecosistema mediterráneo.

A nivel más personal, sabemos que tienes la beca Marie Curie, prestigiosa en toda Europa. ¿Por qué escogiste esta opción y cuáles eran los requisitos?

Estaba interesada en vivir y trabajar en otro país y esta beca era la oportunidad perfecta para hacerlo. Tenía ganas de venir al CREAF. Los requisitos (ríe al recordarlo) eran una larga petición, más de treinta páginas. Tenía que pensar cuidadosamente qué tipo de experimento quería llevar a cabo, las preguntas a las que iba a responder y por qué éste era el mejor lugar para hacerlo.

¿Por qué escogiste el CREAF?

Estoy trabajando con Josep Peñuelas, un investigador del cual ya había oído hablar, porque es muy bueno en todo lo relacionado con cambio climático y en particular en suelos. Yo era ecóloga vegetal en la Universidad de Sheffield, quería saber más acerca de la relación entre las plantas y los suelos y un grupo del CREAF trabajaba precisamente en ese tema. Además quería vivir en Cataluña, había visitado antes Barcelona y me encantó el lugar.

Por último, como mujer, debo preguntarte esto. ¿Qué piensas sobre la relación entre mujeres y ciencia? Porque por ejemplo tu referente era el Dr. Peñuelas, un hombre.

Este tema es algo en lo que yo también he estado interesada porque en mi anterior postdoctorado no había muchas profesoras y, de hecho, pocas doctorandas. Pensaba ¿por qué sucede esto? ¿Es realmente imposible ser mujer en el mundo científico? No lo creo. Pero sí que considero que hay ciertas barreras. El investigador tiene que estar constantemente publicando artículos, viajar a eventos, moverse por sus estudios… Esto es difícil cuando tienes una familia. Se creía, tradicionalmente, que la mujer debía seguir al hombre donde él fuera. Esto tiene que cambiar.

Además, cuando tienes un hijo necesitas parar tu período laboral uno o dos años y es difícil volverse a incorporar en la academia. Afortunadamente, cada vez hay más prestaciones que permiten hacer una pausa temporal y volver posteriormente a la investigación. Se está siendo más flexible. Tener en cuenta el papel de la mujer es importante.

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