
El término roble abarca decenas de especies del género Quercus. Saber qué especie tenemos delante es un reto, porque suelen mezclarse entre ellas (por un proceso reproductivo que se llama hibridación). Pero, no hay que desesperar, elementos como las hojas, las bellotas, la corteza o, incluso, la forma del árbol, pueden ayudarnos a diferenciarlos. Con esta infografía podéis aprender algunas claves para identificar las especies de roble más comunes de la península ibérica.
Esta guía se ha elaborado en colaboración con el proyecto de ciencia ciudadana del CREAF Alerta Forestal y recoge los rasgos distintivos de ocho especies de roble: el melojo (Quercus pyrenaica); el roble albar (Quercus petraea); el carvallo o roble pedunculado (Quercus robur); el quejigo africano (Quercus canariensis); el roble pubescente (Quercus pubencens); el roble (Quercus cerrioides); el quejigo o roble carrasqueño (Quercus faginea) y la quejigueta (Quercus lusitanica). Todos ellos tienen en común que secan sus hojas en otoño; algunos las pierden inmediatamente y se les llama caducifolios, y otros las mantienen secas en el árbol hasta que nacen las hojas nuevas y se les llama marcescentes.