24/02/2017 Noticia

Crónica del congreso de la AEET – MEDECOS, Sevilla 2017 (#AEETMED)

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Aquí podréis leer las valoraciones de algunos de los investigadores e investigadoras que participaron en el reciente congreso organizado en Sevilla por ISOMED y la Asociación Española de Ecología Terrestre (AEET), cuyo tema central ha sido el análisis de los cambios en los ecosistemas mediterráneos debido a las actividades humanas.

“Un vagón de tren convertido en sala de reuniones-cocina del CREAF fue el inicio”

Sandra Saura. Un vagón del TGV (Tren de Gran Velocidad) convertido en una sala de reuniones-cocina del CREAF durante 6 horas, travesando la península, fue el inicio. A lo largo de cinco días de congreso, el CREAF presentó 15 trabajos en diversas sesiones, donde demostramos la gran faena que estamos haciendo en el estudio de la vegetación mediterránea en el contexto del cambio global.

Diversos investigadores del CREAF también organizaron el simposio “Resilience and criticality in Mediterranean ecosystems”, que tuvo mucha influencia y buenas críticas y que proponía incluso nuevos conceptos en ecología. Y así, los días de trabajo se desarrollaron con muy buen ambiente y sensación de equipo, cooperación entre los miembros del centro. Compartimos días de convivencia y trabajo non-stop, entre carpetas, aulas, cafés y sonrisas, tanto entre nosotros como con gente de multitud de áreas mediterráneas del mundo.

Los organizadores del congreso concluyeron con una acto interdisciplinar, un magnífico concierto de guitarra flamenca, casando arte y ciencia. A la mañana siguiente pudimos visitar zonas naturales cercanas mientras acabábamos de pasarnos contactos e ideas entre antiguos y nuevos compañeros. Ahora empieza el inicio del final: unir todas estas colaboraciones, proyectos, etc. que rondan la cabeza de los investigadores e investigadoras del CREAF.

“En cada despertar se repetía el mismo ritual, escoger el menú: más de 350 charlas”

Tere Rosas. En cada despertar se repetía el mismo ritual, escoger el menú: más de 350 charlas a lo largo de cuatro días. Caras nuevas — también reencuentros — acompañando horas para aprender y cuestionarse. Mucho y de todo. Aun así, era sorprendente cómo coincidíamos en destacar cuáles eran las charlas que más nos habían gustado. ¿Qué hace de una charla, una buena charla? Preguntas al límite del conocimiento, provocación, contar una historia, proximidad, pocas ideas explicadas ordenadamente, humor y sorpresa. 

“Invitados, de los que hemos leído docenas de trabajos, y a los que ahora podemos poner voz”

José Valentín Roces. Un congreso con más de 600 personas, muchas ya conocidas, muchas más por conocer. ¿Y qué implica esto? En primer lugar, intentar ser capaces de orientarnos en un campus desconocido. En segundo, madrugar un poco y también trasnochar un poco. Además, ver conferenciantes invitados, de los que hemos leído docenas de trabajos, y a los que ahora les podemos poner voz. Nos permite ver diferentes aproximaciones a los mismos problemas, procesos o fenómenos, hechas por gente veterana o qué acaba de empezar la tesis doctoral y por tanto, están llenos de ilusión y energía. ¿Y de qué hablamos? Era un congreso sobre ecosistemas mediterráneos. Por lo tanto, de nuestra interacción con el medio, de las perturbaciones y de cómo afectan a los ecosistemas, y de cómo estos se recuperan (o no). Y de qué ha sucedido al respecto en el pasado, qué está sucediendo ahora, y qué puede suceder en el futuro.

“Un sistema de montañas complejo podría ayudar a la vegetación en la lucha contra el cambio climático”

Jordi Martínez Vilalta. Recuerdo una idea interesante de la charla de David Ackerly (Universidad de California, EEUU), que antes de ir a Sevilla se pasó por el CREAF. Decía: dado que existe un vínculo muy estrecho entre el clima y las plantas que pueden sobrevivir en un sitio determinado, esperamos que el cambio climático modifique la distribución de la vegetación a gran escala. De hecho, cuando miramos la distancia que tendría que recorrer una determinada especie hacia el norte para encontrar, a finales del siglo actual, un clima similar al que ocupa actualmente, de costumbre encontramos distancias de cientos o miles de kilómetros. Fuera del alance de los mecanismos de dispersión de la mayoría de especies.

Lo que de costumbre no se considera, y que Ackerly nos recordó en su ponencia, es que estas distancias podrían ser en realidad mucho más cortas, particularmente en regiones con orografías complejas, como es el caso de California y Catalunya. En estas regiones, un desplazamiento de pocos kilómetros puede ser suficiente, si las plantas se mueven vertiente hacia arriba, hacia orientaciones más umbrías o a zonas con más suelo, para compensar el cambio climático previsto para finales del siglo XXI. Evidentemente, eso no quiere decir que todas las especies estén fuera de peligro, pero sí que aporta una mayor complejidad al problema y una cierta esperanza.

“El valor añadido de un congreso internacional: ves tu propio ambiente y trabajo de otra manera”

Elisabeth M. R. Robert. Excursión del congreso. Conducimos a través del matorral del Parque Nacional de Doñana. “¿Qué planta es esta?” pregunta un investigador sudafricano que señala un matojo de romero. Un romero. Para nosotros es tan común que a menudo nos pasa desapercibido. Estaba en plena floración y bien bonito. Este es el valor añadido de un congreso internacional: con la ayuda de tus colegas ves tu propio ambiente y tu propio trabajo de otra manera, y te los vuelves a cuestionar. El intercambio de presentaciones científicas y discusiones enriquecen tu investigación y maneras de pensar.

“Aunque sabemos muchas cosas, nos quedan muchas otras por entender”

Enric Batllori. El congreso XIV MEDECOS & XIII AEET para mí ha puesto de manifiesto (una vez más) que, aunque sabemos muchas cosas, nos quedan muchas otras por entender. Entre otras, las características básicas de las especies, como son el nicho ecológico, los rasgos funcionales y la relación entre ellos. También la influencia de procesos clave como las perturbaciones en la diversidad, estructura y dinámica de los ecosistemas a escala local y regional. Anticipar la respuesta de los ecosistemas al cambio global pasa por entender cómo las fluctuaciones ambientales modulan las características de las especies y los procesos ecológicos a nivel poblacional y de ecosistema, e integrar la disparidad de escalas espaciales (por ejemplo, micro y macro) y temporales (por ejemplo, acontecimientos puntuales y tendencias) que determinan estos factores.

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