Los servicios ecosistémicos de los bosques mediterráneos, en peligro si la temperatura global sube más de 2 grados
Por primera vez, se revisan las evidencias científicas sobre cómo el riesgo de incendio y los servicios ecosistémicos en los bosques mediterráneos se ven afectados por un aumento o disminución de la temperatura global por encima de los 2°C.
Los bosques con especies templadas –propios de zonas con 4 estaciones– se espera que vivan un declive significativo si el aumento de la temperatura media de la cuenca Mediterránea se mantiene el umbral de los 2 grados. Ahora bien, si el termómetro sube por encima de este límite establecido por el Acuerdo de París de 2015, incluso las especies acostumbradas a la sequía, como la encina o el pino blanco, sufrirán las consecuencias y se verán comprometidas. Esta es una de las principales conclusiones del estudio ‘Ecosystem Services provision by Mediterranean forests will be compromised above 2ºC warming’, publicado hoy en la revista científica Global Change Biology, liderado por Alejandra Morán-Ordóñez, investigadora del CREAF y asociada del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), y Aitor Ameztegui, investigador de la Universidad de Lleida (UdL) y de la Joint Research Unit CTFC-Agrotecnio, entre otros.
El trabajo constituye la primera revisión sistemática y cuantitativa que se hace de los potenciales impactos del cambio climático sobre la provisión de servicios ecosistémicos (beneficios que se aportan) y el riesgo de incendio, tanto por encima como por debajo del umbral de los 2 grados de temperatura respecto a los niveles preindustriales, los países del norte y el sur del Mediterráneo.
Si el calentamiento en la cuenca Mediterránea aumenta por encima de los 2 grados de temperatura, los numerosos indicadores sobre incendios y riesgos climáticos experimentan un aumento medio del 64%.
Asimismo, se apunta como tendencia que, si la temperatura sube por encima de los 2 grados, los indicadores sobre incendios y otros riesgos relacionados con el clima aumentan un 64% en los territorios del Mediterráneo. Estos indicadores utilizados para extraer este porcentaje son muy diversos e incluyen el Fire Weather Index, el número de hectáreas quemadas, el número de días con riesgo elevado de fuego, el número de jornadas con sequías prolongadas y otros riesgos relacionados con el clima, entre muchos otros.
El artículo publicado en Global Change Biology forma parte de un informe más amplio impulsado por el equipo de coordinación del proyecto MedECC, con la voluntad de evaluar las consecuencias del calentamiento global y otros factores de cambio antrópico –por ejemplo, cambio de usos del suelo y la sobre explotación de recursos– sobre los servicios ecosistémicos en el Mediterráneo. De esta manera se busca complementar los recientes informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), sobre las particularidades geográficas mediterráneas con realidades climáticas comunes.
Un mar pequeño
"El Mediterráneo es un mar pequeño y relativamente cerrado, que se calienta de media un 20% más rápidamente que la temperatura media anual global y con particularidades que no son asimilables a las tendencias del resto de Europa, ni de África", explica Alejandra Morán-Ordóñez. Esta realidad geográfica condiciona el incremento de los riesgos de incendio vinculados al clima de esta zona.
El aumento de sequías en la cuenca Mediterránea tiene muchas posibilidades de transformar los bosques: "podemos llegar al momento en que el bosque absorba una buena proporción del agua disponible, que fluya menos a los ríos y, por tanto, que la disponibilidad sea menor para el consumo humano y para mantener los caudales ecológicos sostenibles de los ríos", apunta Morán-Ordóñez. En la línea de ayudar a identificar escenarios posibles, el trabajo publicado en Global Change Biology hace una aproximación cuantitativa relacionada con los servicios ecosistémicos. "Resumimos la evidencia científica sobre cómo afectará el cambio climático a la provisión de madera, a la fijación de carbono, la producción de setas, etc., intentando poner cifras, con una clara voluntad de "huir del catastrofismo", explica Aitor Ameztegui. Y añade que su intención es "sintetizar la evidencia científica sobre los impactos del cambio climático sobre los bosques mediterráneos, para aportar información que ayude a limitar los efectos del calentamiento en el Mediterráneo".
"El Mediterráneo es un mar pequeño y relativamente cerrado, que se calienta de media un 20% más rápidamente que la temperatura media anual global y con particularidades que no son asimilables a las tendencias del resto de Europa, ni de África"
ALEJANDRA MORÁN-ORDÓÑEZ, investigadora del CREAF.
Alineados con grandes preguntas
La tarea de los investigadores ha supuesto revisar los 78 trabajos publicados hasta el día de hoy sobre esta cuestión, evaluando las predicciones actuales y futuras (gracias a la elaboración de modelos predictivos) de los bosques respecto a su capacidad de adaptación y mitigación del cambio climático. Dada la dificultad de cuantificar muchos impactos con medidas comunes, Morán-Ordóñez y Ameztegui han impulsado una revisión sistemática, en la que se compara el valor de la predicción de futuro con la cifra actual de provisión de cada servicio, a fin de aportar un sentido de conjunto.
La pregunta que el artículo busca contestar es si los trabajos que evalúan la provisión de servicios a futuro detectan la diferencia de comportamiento posible por encima y por debajo de los 2 grados de temperatura. Y qué situación se esboza si no somos capaces de mantenernos por debajo de este límite.
Referencia:
El estudio ‘Ecosystem Services provision by Mediterranean forests will be compromised above 2ºC warming’, por Alejandra Morán-Ordóñez, Aitor Ameztegui, Lluís Brotons et al. se publica el 7 de julio de 2021 en Global Change Biology.