"Entiendes el porqué de tu investigación si eres capaz de explicársela a un niño"

La Corina Basnou es doctora en Biología y desde 2005 trabaja en el CREAF como investigadora postdoctoral. Actualmente indaga en el estudio de los servicios ecosistémicos y de la biodiversidad.

Cuéntanos un poco tu carrera profesional, ¿como llegaste aquí el CREAF?

Estudié Biología en Rumanía, mi país natal, y al tercer curso gracias a una beca pude venir a la Universidad de Alicante. Corría el año 1996 y era el momento en que muchas universidades rumanas comenzaban a abrirse al mundo. Fue toda una experiencia y aún conservo los buenos amigos que hice allí.

Y una vez tastado el Mediterráneo...

Bueno, inicialmente tenía claro que quería volver a moverme. Ver nuevas formas de estudio, de investigación de otros países. No tenía claro que debiera ser en España. Pero finalmente fue así y vine al CREAF en una estancia del doctorado. Estuve tres meses y hubo posteriores estancias.

¿Qué hacías durante estas estadas?

Esta primera etapa en el CREAF la hice para profundizar en temas de SIG con Joan Pino. Mi doctorado se centraba en los prados de alta montaña rumanos, en un rincón mágico de Transilvania, y creía que tenía mucho potencial que pudiera saber más sobre la información geográfica y la ecología del paisaje y cómo aplicarla a mis estudios.

¿Seguiste con esto cuando volviste al CREAF para hacer el postdoctorado? 

No, hice un cambio de ámbito y me dediqué a las especies invasoras. De hecho tiene relación, porque muchas invasiones son de plantas. En paralelo hacía cosas con Joan sobre cambios de paisaje y sus repercusiones sobre el verde urbano y periurbano y al final seguí por esta vía. Ahora mismo sigo en temas de reverdecimiento de las ciudades, servicios ecosistémicos y soluciones basadas en la natura. También intento saber más sobre ciencia ciudadana. Al final en biología todo va ligado, fíjate que hace unos días recibí un artículo para revisar que hablaba de los prados y su conservación mediante una gestión tradicional (agricultura y ganadería). Como de formación soy botánica, hablar de prados y de su composición florística es volver a los orígenes.

¿Conservar la agricultura y la ramaderia? ¿Qué se está haciendo?

Empezamos a ser conscientes de que hay que sentir unas raíces con la tierra, sentirla y conservarla. En una conferencia no hace mucho escuchaba como un gestor rumano abría a debate qué soluciones relacionadas con la naturaleza (nature-based solutions) podían utilizar para conservar las áreas verdes. En Rumanía están creciendo mucho las ciudades y se están comiendo el campo que las rodea, como pasó aquí en España años atrás. No se dan cuenta que las soluciones basadas en la naturaleza comienzan con la conservación de esta propia tierra que están perdiendo. Y esto ocurre en muchas partes del mundo.

¿A qué te refieres?

Con el estudio de los servicios ecosistémicos te encuentras un fenómeno curioso que pasa en todo el mundo, sobre todo en zonas urbanas: la oferta que nos da la naturaleza a veces es menor que la demanda que hace la sociedad, por culpa de no haberla preservado antes. Tendremos mejores servicios ecosistémicos si empezamos por conservar los propios ecosistemas. Además, no podemos hablar sólo de servicios, debemos tener en cuenta la biodiversidad y los procesos, que son la base.

La oferta que nos da la natura a veces es menor que la demanda que hace la sociedad, por culpa de no haberla preservado antes.

Supongo que a veces se desconoce todo esto, ¿no?

Muchas veces, sí. Yo reivindico la enseñanza y divulgación de la ciencia a los niños desde pequeños. Aquí en la Escoleta de la UAB hago clases voluntariamente sobre cartografía, plantas medicinales, bosques, servicios ecosistémicos, etc. Es increíble la capacidad que tienen los niños de retener los conceptos si los sabes transmitir bien. Y la ciencia que aprendan hoy pasará el día de mañana a sus hijos. Además, entiendes el porqué de tu investigación cuando te das cuenta que eres capaz de explicársela a un niño.

Y también el retorno a la sociedad

Pues sí, yo considero que no se valora suficiente el retorno de nuestra investigación a la sociedad. Debería ser tan importante saber transmitir tu ciencia, ser una persona capaz de establecer buenas redes de contactos y proyectos, como publicar en una revista de prestigio. Pero a veces los científicos sólo se preocupan por el factor de impacto.

Algunos grupos de investigación sancionan que una mujer haga menos publicaciones durante los primeros años de la maternidad

En el caso de les investigadoras, ¿también hay preocupaciones añadidas que los investigadores no tienen?

A veces, sí. Es difícil que los proyectos tengan en cuenta la conciliación familiar e, incluso, algunos grupos de investigación sancionan que una mujer haga menos publicaciones durante los primeros años de la maternidad. Es absurdo pensar que ser madre compromete las facultades de una mujer en su carrera científica. Muchas investigadoras excelentes deciden ser madres de hijos y, aunque pueden cambiar el ritmo, no pierden la esperteza De hecho, algunos países como Australia o EEUU financian que en conferencias, jornadas o eventos varios las mujeres puedan llevarse a sus hijos pequeños y alguien que se encargue.